La Audiencia Nacional pone en duda la versión del patrón del Villa de Pitanxo
El juez Ismael Moreno indica en un auto que la velocidad del buque “suscita dudas” sobre la versión del capital acerca de la parada de motores por una avería como causa del hundimiento
La Audiencia Nacional pone “en duda” la versión ofrecida por Juan Padín, el patrón del pesquero Villa de Pintanxo que se hundió en las aguas de Terranova el pasado febrero con un funesto salto de 21 fallecidos. Asegura que la velocidad del buque a las horas de la tragedia “suscitan dudas” sobre la veracidad de la declaración, acerca de la parada de los motores por avería como la causa determinante de la escora y hundimiento del buque.
Se especifica esto en un auto emitido este lunes y en el que remite la investigación a los juzgados de Marín, en Pontevedra. En el mismo, la Audiencia Nacional indica que existen indicios de un posible delito de homicidio imprudente, en una tragedia en la que perdiron la vida 21 personas.
Padín, uno de los únicos tres supervivientes, aseguró en su declaración que sobre las 4 de la madrugada el motor del barco se paró. Esto, unido a las extremas condiciones meteorológicas, derivó en la sucesiva entrada de agua por la aleta de babor, ocasionando la escora del barco.
Vista la situación, según el declarante, dio a la tripulación la señal de abandono del buque previa colocación del traje de supervivencia y chaleco salvavidas. «Ya con todo colocado nos disponemos al arriado de la balsa de babor», añade el capitán, que deja encargado al primer oficial, por cuanto él se dirige a arriar la balsa de estribor, lo que consigue y embarca la tripulación.
Eduardo Rial, sobrino del patrón y otro de los supervivientes, ofreció una declaración similar a la de su tío. Según recoge el documento de la Audiencia Nacional, este marinero señaló que el buque estaba virando poco a poco y se paró el motor. A continuación, empezó a entrar agua por el costado de babor y a escorarse por tal lado.
Fue ahí cuando el capitán habría dado la señal de abandonar el barco, por lo que recogió el traje de supervivencia y el chaleco del camarote, encontrándose ya el buque prácticamente hundido, siendo recogido del mar.
La versión del tercer superviviente
A su vez, Samuel Kwesi, el tercer superviviente a la tragedia, explicó en un primer momento que al pararse el motor el barco quedó a la merced de las olas, lo que, unido al peso del aparejo, hizo que entrara mucha agua y se escorara hacia babor. Entonces oyó al capitán ordenar que subieran al puente, lo que hizo sin el traje de supervivencia al no darle tiempo.
Sin embargo, en una posterior declaración, dio una versión «absolutamente distinta» de los hechos. Él señaló que el motor no se paró, sino que las maquinillas que recogen el aparejo dejaron de funcionar bien, tensando pero no recogiendo y provocando la escora.
Por ello, le gritaron al capitán que soltara los aparejos, pero este se negó. Después, con el buque muy ladeado, se paró el motor y se incrementó la escora de babor. Samuel subrayó que en ningún momento el capitán dio orden de ponerse los trajes de supervivencia aunque él y su sobrino sí los llevaban, lo que le sorprendió.
¿Presiones en la declaración?
Preguntado por el cambio de versión, manifestó que la primera declaración fue obtenida «bajo presión» inducida tanto por el capitán como por el armador (al que no identifica).
«Analizadas las actuaciones, comprobamos cómo existen indicios de que la versión primeramente ofrecida puede no ajustarse a la realidad, tratando con ello de eludir las posibles responsabilidades», asegura en el auto la Audiencia Nacional.
El documento explica que el capitán declaró que los componentes de la tripulación se pusieron los equipos de salvamento, mientras que Samuel dice que no. «Este hecho queda corroborado con la realidad de que ni el citado marinero ni ninguno de los cadáveres recuperados tenía el equipamiento de seguridad puesto«, destaca la Audiencia Nacional.