Jove paraliza sus inversiones financieras para volcarse en la energía
Inveravante prevé alcanzar a finales de este año los 450 megavatios instalados con la puesta en funcionamiento de dos nuevas centrales hidráulicas
El movimiento de péndulo que radiografía la evolución de los negocios de Manuel Jove se escora hacia un pico inversor. Si la etapa precedente estuvo marcada por la salida del empresario del BBVA o la venta de la petrolera Vetra, el último ejercicio de su brazo inversor, Inveravante, apenas cuenta desinversiones. Al contrario, estuvo marcado por la puesta en funcionamiento de proyectos energéticos y por los desarrollos inmobiliarios en Marruecos. Ahí sí, Jove colocó el centro comercial de Casablanca por 80 millones, así como todo el bloque de oficinas del complejo Anfaplace, en el que invirtió más de 200 millones.
Durante 2015, Inveravante aparcó totalmente las inversiones financieras. El holding del millonario que fundó Fadesa explica que no ejecutó ninguna nueva inversión de este tipo, con el único matiz de «algunas aportaciones adicionales en determinados fondos de Capital Privado, de acuerdo con el calendario de desembolsos previsto». Recientemente, el empresario también se ha deshecho de sus dos sicavs, Doniños y Bourdet, que seguirán operando pero ya no como sociedades de inversión de capital variable.
Desplome de los beneficios
El resultado de un ejercicio marcado por la conclusión de los macro proyectos inmobiliarios de Marruecos y de las plantas energéticas de Latinoamerica se salda con 5,2 millones de beneficios, alrededor de un 85% menos que el año pasado, cuando ganó 38,4 millones.
La cifra de negocio alcanzó los 137 millones, procedentes fundamentalmente de la división de energías renovables, que aportan un 68% de la facturación. La abultada caída de las ganancias se debe, precisamente, a unos menores ingresos financieros y a que en 2014 ingresó 20 millones por venta de activos, frente a los 5 millones del año pasado.
Inveravante controla más de 2.500 millones en activos, mientras que la deuda a corto plazo se sitúa en los 794 millones. Cuando Jove salió del capital del BBVA, donde llegó a ser el principal inversor privado, la deuda de su brazo inversor quedó reducida a 147 millones. Era diciembre de 2013. El volumen actual de endeudamiento explica cómo el empresario ha retomado el pulso inversor.
Volcado con la energía de Latinoamérica
¿En qué invierte? En ladrillo y en energía. Inveravante controlaba a cierre de ejercicio ocho parques eólicos ubicados en España, Brasil y Canadá, las dos plantas termosolares de Madrid y diversas centrales hidroeléctricas en Latinoamérica. El año pasado fue el primer curso completo para la central hidráulica de Monte Lirio, en Panamá, y en 2016 o principios de 2017 entrarán en funcionamiento otras dos que está construyendo, la de Pando, también en Panamá, y la de Inxú, en Brasil.
Cuando entre en funcionamiento, el grupo energético de Jove, revitalizado desde la venta de la petrolera Vetra, rozará los 450 megavatios de potencia instalada en fuentes renovables.
Ladrillo tamaño medio
En cuanto a las inversiones inmobiliarias, al empresario le toca hacer caja, una vez desarrollados los complejos de Marruecos en Casablanca y Tanger, una inversión próxima a los 500 millones. Inveravante anuncia que «tiene previsto iniciar a lo largo de 2016 el desarrollo de promociones de pequeño tamaña, en ubicaciones prime y en municipios de tamaño medio-grande de España».
Esta estrategia convivirá con la construcción del Centro de Transferencia Modal (Cetram) de Chapultepec en México DF, un intercambiador de transportes que estará flanqueado por una torre de oficinas de 41 pisos y locales comerciales. Costará, previsiblemente, unos 240 millones, que comenzaron a ejecutarse el año pasado, e Inveravante explotará el complejo en concesión durante 44 años.
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