Isolux, como Abengoa, pone en alerta a sus acreedores
La excesiva dependencia de Latinoamérica reduce su capacidad para afrontar un pasivo de casi 4.600 millones y una deuda financiera neta de 3.600 millones. Galicia es clave en la venta de activos.
El efecto bumerán de Abengoa se está cebando con Isolux Corsán, el grupo de construcción, ingeniería y concesiones presidido por Luis Delso.
Ambas empresas tienen algunas diferencias en su modelo de negocio, pero los inversores se han fijado más en sus similitudes, como la sobreexposición en Latinoamérica –de donde procede casi la mitad de sus ingresos–, para poner contra las cuerdas al grupo madrileño, con un incremento brutal del interés al que cotizan sus bonos, la única referencia que se tiene al no ser una empresa cotizada.
Cancelaciones de contratos
En esas dudas de los inversores está pesando lo suyo el goteo de contratos cancelados de esa cartera proyectos de construcción e ingeniería que, a finales de 2014, superaba los 7.100 millones de euros.
Actuaciones de saneamiento en Uruguay, el metro de São Paulo (Brasil) o la construcción de un edificio en Chile para la Universidad de Santiago, son obras que Isolux tenía contratados, y que ya no hará. Y existe el riesgo de que otros contratos sigan el mismo camino en los próximos meses.
Su deuda, en bono basura
Los efectos de esta excesiva vinculación de sus negocios en el Cono Sur americano no se han hecho esperar, con la rebaja de su nota de su deuda por parte de las agencias Moody’s y Fitch, a bono basura, tras ver cómo la deuda cotizada (850 millones de euros en bonos) perdían casi la mitad de su valor.
Con este panorama, solo caben dos salidas de cara a cumplir con sus futuros compromisos financieros. Hacer más caja y aumentar el ebitda o vender activos sin remisión.
Ebitda cae un 27%
Lo primero, con cancelaciones de contratos y retrasos en los pagos, se antoja harto complicado. En los nueve primeros meses de 2015, su resultado bruto de explotación retrocedía un 27% respecto al mismo periodo del año anterior, de 203 a 148 millones.
De esta manera, no queda otra salida que la desinversión en empresas para obtener capital con el que hacer frente a ese pasivo de casi 4.600 millones de euros. Que, descontando los casi 300 millones en caja, dejan una deuda financiera de 1.600 millones de euros (entre bonos, préstamos sindicados, project finance y circulante) y 2.400 millones que adeuda a proveedores. Habría que sumar casi 1.300 millones de apalancamiento corporativo.
Refinanciación y venta de T-Solar
En esa venta de activos, la de la T-Solar, la filial de renovables de Isolux, se perfila como inminente, tras cerrar la refinanciación de sus 600 millones de deuda, que ha supuesto la mayor reestructuración de pasivo realizada en el sector fotovoltaico tras la reforma regulatoria. El nuevo préstamo sindicado, por 503 millones, ha extendido su vencimiento hasta el año 2034.
A partir de aquí, Isolux contempla ingresar no menos de 600 millones con la venta T-Solar y los casi 4.000 kilómetros de líneas de transmisión eléctrica que gestiona en Brasil.
Activos gallegos
T-Solar, que llegó a contar con la segunda mayor planta de fabricación de paneles solares de España en Ourense, cerró sus puertas en abril de 2013, después de enterrar más de 60 millones de euros en ayudas públicas.
El pasado mes de octubre la empresa se desprendió de otra de las sociedades que conservaba en Galicia: la metalúrgica Emesa, con sede en Coirós, y que ahora es propiedad del grupo madrileño Soil.
Menos ingresos
Isolux, el grupo de construcción e ingeniería con mayor volumen de negocio entre las empresas no cotizadas que emplea a 5.600 trabajadores, cerró el pasado ejercicio con unas ventas de 2.128 millones de euros, un 17,3% menos que en 2013, y con unas pérdidas de 42 millones.
Hace un año, según las cuentas depositadas en el Registro Mercantil, presentaba un fondo de maniobra negativo por importe de 139 millones de euros, en el que consideraba «adecuadamente acotado» el riesgo de liquidez.
Compensación positiva de flujos
En este sentido, aseguraba contar con previsión de flujos positivos de efectivo de al menos 207 millones en 2015, que compensarían los 181 negativos de financiación procedentes de la renovación de la totalidad de las pólizas de créditos disponibles.
Con estas previsiones, así como con los 291 millones de caja, Isolux pensaba contar con margen para afrontar sus obligaciones financieras a corto plazo, considerando, además, que tiene líneas de crédito no dispuestas y líneas de factoring y otros instrumentos financieros, que permitirán una eficiente gestión del capital circulante.
Project finance, para lo bueno y para lo malo
Como en el caso de Abengoa, la financiación de los proyectos resulta inevitable para Isolux. Con sus pros y sus contras, debido a que el repago de lo financiado se garantiza por el flujo de efectivo que los proyectos vayan generando. Si llega bien, pero, si no, surgen los problemas.
La política de Isolux con los project finance –dinero destinado principalmente para los negocios de biodiesel a través de su filial Infinita Renovables– es utilizar permutas de tipos de interés para convertir a tipos fijos, total o parcialmente, las financiaciones a largo plazo.
El Santander, principal financiador de proyectos
El Banco Santander es el principal financiador de estos proyectos. Tiene concedido un crédito con garantías corporativas de 202 millones, de los que, al cierre de 2014, se encontraban pendientes de cancelar unos 155 millones de euros.
A finales de 2013 se produjo su novación, fijando intereses de entre el 3,75% y el 4,25% y extendió el vencimiento a 2017. Y hace un año, la entidad presidida por Ana Botín dispensó a la empresa de ingeniería de hacer efectivos los compromisos financieros contraídos para 2014.
Accionistas
Isolux Corsán está controlado por Construction Investments, que ostenta el 52,02% del capital, empresa propiedad de Luis Delso, José Gomis y Carmen Ramírez del Molino. CaixaBank también es un accionista significativo a través de Hiscan Patrimonio, con el 23,8%.
Además, el Fondo de Garantía de Depósitos para Entidades de Crédito, a través de Inversiones Corporativas, controla el 11,74%. Por último, un grupo de cajas, formado por la propia CaixaBank, Unicaja, Banco Mare Nostrum e Ibercaja, controla el 10% a través de Cartera Perseidas.