Inveravante vuelve a los beneficios y sus activos rozan los 2.000 millones
El grupo gestionado por los herederos de Manuel Jove deja atrás los números rojos en 2021 y gana 10,9 millones con menos ingresos, debido a la rebaja de los gastos financieros y menores deterioros anotados
Vuelve a brillar el sol sobre un imperio con base en A Coruña y activos que rozan ya los 2.000 millones de euros. Es la herencia del empresario Manuel Jove, en su día propietario de Fadesa, fallecido en mayo de 2020. Y es que Inveravante, el holding que pilotan ahora sus hijos Manuel Ángel y Felipa, ha vuelto a los beneficios, tras las pérdidas de 47,4 millones de euros anotadas el año de la pandemia.
Las cuentas consolidadas de Inveravante, con intereses en medio mundo y en sectores como el inmobiliario, la energía, el hotelero y la alimentación, constatan esa vuelta a los beneficios. El grupo ganó 10,9 millones al cierre de 2021, frente a esas pérdidas netas de 47,4 millones del ejercicio precedente. Y lo hizo con menores ingresos, ya que su facturación se situó en prácticamente 176 millones de euros el año pasado, sustancial retroceso sobre los 203 millones del 2020. El grupo incrementó los ingresos por la vía de la prestación de servicios, pero no por la de las ventas.
Menores deterioros, mejor resultado neto
El resultado de explotación de Inveravante cayó a la mitad el año pasado, hasta los 29 millones. Fue la sensible rebaja de los gastos financieros y, sobre todo, los menores deterioros y el resultado por enajenaciones de instrumentos financieros, que pasaron en un año de 30 millones a 7,3 millones de euros, lo que permitió el avance y la salida de las pérdidas.
El grupo, integrado más de medio centenar de sociedades y 920 trabajadores fijos, presenta a 31 de diciembre de 2021 un activo total de 1.940 millones de euros, frente a los 1.890 millones del ejercicio anterior. El patrimonio neto ascendía a un total de 1.347 millones, lo que representa un 69% del total activo.
Más negocio inmobiliario y hotelero
En 2021, según relata Inveravante en sus cuentas, la actividad de energías renovables representó un 22% de la cifra de negocio total, mientras que la actividad inmobiliaria y hotelera supuso un 72%, con un incremento del 3% respecto al ejercicio 2020. El resto de actividades del grupo, entre las que se encuentran varias bodegas, supuso un 6% de la cifra de negocio del grupo.
En el ámbito de la energía, Inveravante ha continuado con la explotación de las centrales hidráulicas de Panamá, con una facturación total de 37,6 millones de euros (31,7 millones en 2020). En el campo de la energía fotovoltaica, la explotación de dos plantas de 20 megavatios de capacidad ha supuesto una facturación de 2,9 millones de euros. El grupo ya no opera en el sector de la energía en España.
Ladrillo en España y Marruecos
En cuanto al sector inmobiliario, Inveravante está presente en España, México, Brasil, Rumania y Marruecos. “En el mercado español se ha impulsado de manera importante la actividad inmobiliaria, encontrándose a cierre del ejercicio en comercialización un total de 21 promociones, en Aragón, Andalucía, Asturias, Canarias, Cataluña, Galicia, Madrid, Mallorca y Navarra, con un total de 1.302 viviendas en comercialización, de las que un 60% de viviendas estaban vendidas”, explican los administradores.
En Marruecos ha continuado con las entregas de viviendas y con la explotación de activos en el país, hoteles en Tánger y Casablanca y un centro comercial en Tánger. “La actividad de nuestra cadena hotelera Attica 21 ha mejorado sus cifras en facturación, aunque todavía está lejos de recuperar los ingresos de 2019 prepandemia”, explican.
De Panamá a los créditos ICO
En 2022 está previsto continuar de manera importante la actividad en el área inmobiliaria, fundamentalmente en España, apuntan los gestores del grupo. En el área de energías renovables Inveravante prevé continuar con la actividad hidráulica y fotovoltaica, y en Panamá acomete la construcción de tres plantas más fotovoltaicas.
En 2020 la matriz de Inveravante había obtenido dos préstamos de las líneas ICO-Covid, por un total de 45 millones de euros, con un año de carencia y amortización en cinco años, que devengan intereses variables en base al euribor más un diferencial. Durante el año pasado el grupo renegoció las condiciones ampliando el periodo de carencia en un año en ambos préstamos y alargando la amortización a seis años en uno de ellos.