Infinita, gran fiasco del biodiésel en Galicia, resucita en el juzgado y reclama millones en subvenciones
La antigua propietaria de la planta de biocombustibles de Ferrol, Infinita Renovables, filial de Isolux Corsán actualmente en concurso de acreedores, solicita sin éxito el abono de 4,6 millones en subvenciones
Desde que traspasó sus activos en el puerto exterior de Ferrol y puso pies en polvorosa, el rastro de Infinita Renovables se perdió por los juzgados de lo Mercantil. Una de las compañías que antes de la crisis fue antorcha de un nuevo sector, al calor de la producción de biodiésel, acabó finalmente como pasto del concurso de acreedores presentado por su matriz, Isolux Corsán. Sucedió en 2017. Ahora, Infinita Renovables resucita para reclamar millones en subvenciones.
Infinita Renovables se presentó en sociedad en su día como una empresa líder a nivel europeo en la producción de biodiésel. Con una capacidad de producción anual de 900.000 toneladas de biocombustible, era antes de la gran recesión el mayor productor del mercado español. Sus dos plantas estaban ubicadas en Ferrol y Castellón, con un empleo de directo de 150 trabajadores. Aquello acabó con 2014, cuando tiraba la toalla y optaba por la cesión del uso de su planta de biodiésel del puerto exterior de Ferrol a la empresa Masol Iberia Biofuels, perteneciente al grupo Musim Mas, de Indonesia.
De juzgado en juzgado
El juzgado de lo Mercantil número uno de Madrid acordaba en 2018 la acumulación del concurso presentado por Infinita Renovables al que se tramitaba presentado de forma voluntaria por su matriz, Isolux Corsán. Y ahí sigue Infinita desde entonces.
Como el Guadiana, los abogados de Infinita Renovables reaparecen en la Sección Cuarta de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Y lo hacen para reclamar nada menos que 4,6 millones en subvenciones a las que la compañía se considera en derecho de percibir.
Suspensión del proceso
Infinita se revolvía y presentaba en 2020 un recurso contra la resolución de la Secretaría de Estado de Presupuestos, de fecha de diciembre de 2019, que desestima un recurso previo contra otra decisión de la Dirección General de Fondos Europeos de unos meses antes, de abril de ese año, que acordaba “la suspensión del procedimiento hasta que se acreditase que se ha resuelto la situación concursal que afecta al beneficiario”.
La subvención a Infinita Renovables había sido en su día a fondo perdido. Primero se rebajó la cuantía de la subvención a 4,6 millones de euros frente a la inicialmente concedida en 2007, que había sido de 4,9 millones. Después vendrían toda una serie de procesos administrativos sobre la condición de mantenimiento de la inversión, tanto las relativas a la modificación de la subvención como las de determinación del cumplimiento, y de ahí el debate sobre la interrupción del plazo de prescripción de cuatro años.
La última sentencia
Ahora, en una sentencia del pasado mes de noviembre, la Sección Tercera de la Sala de lo Contencioso del Tribunal Superior de Justicia de Madrid estima parcialmente el recurso de Infinita Renovables, anulando segunda de las resoluciones, la de diciembre de 2019, pero confirmando la de abril, en cuanto acordaba la suspensión del procedimiento de pago de la subvención. Por tanto, de momento, la antigua filial de Isolux se queda sin esos 4,6 millones a fondo perdido.