Indra prescinde de uno de sus directivos históricos
La compra de Unión Fenosa por Gas Natural y el proceso de reestructuración que acomete la empresa han terminado de borrar la huella de la eléctrica gallega en el organigrama de la sociedad
El proceso de reestructuración que lleva a cabo Indra, con el que pretende ahorrar 200 millones de euros en los próximos años, se ha llevado por delante a un histórico directivo: Santiago Roura. El consejo de administración de la empresa aprobó el pasado 3 de septiembre la salida de Roura, que ocupaba la Dirección General de Estrategia e Innovación junto con la de la responsable de Marca, Responsabilidad Corporativa y Relaciones Institucionales, Emma Fernández, y Emilio Díaz, director general en Estados Unidos.
Roura llegó a Indra en el año 2007, cuando la tecnológica se hizo con Soluziona, la compañía de servicios profesionales creada por Unión Fenosa. El entonces consejero delegado de la eléctrica, Honorato López Isla, ocupaba la presidencia de Soluziona y Santiago Roura era su director general. La operación se cerró con un pago en acciones que convertía a la eléctrica gallega en propietaria del 11% de la sociedad, lo que le permitió dar entrada a parte de su equipo en la nueva compañía. Ahora, tras el cese de Roura, la huella de Unión Fenosa se borra. Se marcha el último superviviente.
Ahorro de costes
La destitución de Santiago Roura se produce pocos meses después del nombramiento de Fernando Abril-Martorell como presidente en sustitución de otro histórico, Javier Monzón, que llevaba más de 20 años al frente de Indra. Su puesto, al igual que el de los otros compañeros despedidos, pasará a ser asumido por otros ejecutivos de la empresa que no pertenecen al comité de dirección, sin que se produzcan por tanto incorporaciones para su sustitución. Serán amortizados.
La firma espera con su plan estratégico ahorrar 200 millones de euros, 120 de los cuales saldrán de los despidos –unos 1.700 hasta 2018– y de la reestructuración organizativa, según informó la compañía el pasado 8 de julio a la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
No son buenos tiempos para la compañía, que reconoció en el primer trimestre unas pérdidas de 436 millones de euros que la multinacional atribuye a la revisión de su cartera de proyectos y al deterioro de los activos. En el mismo período de 2014, Indra registró un beneficio de 60 millones de euros.