Así es el plan de Inditex, Mango, Primark y H&M para dar salida a miles de toneladas de ropa usada

La ley residuos y suelos contaminados para una economía circular establece que la recogida separada de los residuos textiles del resto de desechos de los municipios para su posterior valorización debe comenzar a realizarse antes de que finalice el año

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Bruselas se pone seria con los residuos textiles. En los últimos años el Parlamento Europeo ha centrado parte de sus esfuerzos legislativos en desarrollar normas para gestionar las miles de toneladas de ropa usada que acaban cada año en la basura. Una de las medidas planteadas contempla la entrada en escena de los regímenes de responsabilidad ampliada del productor (RAP) que obligan a los principales operadores del sector a asumir la responsabilidad financiera y organizativa de la gestión de la fase de residuo dentro del ciclo de vida de las prendas. 

Esta presión desde Europa y la carrera de las empresas por avanzar hacia un modelo de producción circular llevó a Inditex, Decathlon, H&M, Ikea, Kiabi, Mango y Tendam a crear la Asociación para la Gestión del Residuo Textil. Constituida a principios de 2023, su objetivo es gestionar los residuos de ropa y calzado que se generen en el mercado español a través de un Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP). Tras su constitución otras marcas se han ido incorporando, como es el caso de Primark, El Corte Inglés o Primark.

Representantes de Decathlon, H&M, Ikea, Inditex, Kiabi, Mango y Tendam tras la constitución de la Asociación Para La Gestión Colectiva Del Residuo Textil
Representantes de Decathlon, H&M, Ikea, Inditex, Kiabi, Mango y Tendam tras la constitución de la Asociación Para La Gestión Colectiva Del Residuo Textil. Europa Press

Ley de residuos y suelos contaminados

La creación de esta asociación daría cumplimiento a los establecido en la Ley residuos y suelos contaminados para una economía circular, que fue aprobada en 2022 y que es la trasposición de una directiva europea, cuyos plazos en materia de residuos textiles están cada vez más cerca de cumplirse. 

La norma señala que, antes del 31 de diciembre de 2024, las entidades locales tendrán que poner en marcha la recogida de residuos textiles. También contempla que, en el plazo de tres años desde la entrada en vigor de la norma, el Ministerio para la Transición Ecológica deberá desarrollar los regímenes de responsabilidad ampliada del productor para los textiles, es decir, la normativa reglamentaria para hacer obligatoria la gestión separada del flujo de residuos de textiles del resto de residuos municipales para su posterior valorización, impulsando así un modelo de producción circular que garantice la reutilización y el reciclaje. 

El plazo para este desarrollo normativo finaliza en abril de 2025. Consultados por Economía Digital Galicia, desde Transición Ecológica sostienen que “están trabajando en el desarrollo reglamentario” establecido por la ley aunque, por el momento, “no pueden dar una fecha fija de publicación de los Reales Decretos y Órdenes Ministeriales en las distintas materias”

La entrada en vigor de estos regímenes supone que serán las marcas las responsables de los residuos, incluso cuando los productos ya no estén en sus tiendas, y que su recogida y posterior gestión deberá realizarse de forma separada del resto de residuos municipales. Su desarrollo normativo delimitará, por tanto, hasta qué punto se extiende esta responsabilidad así como las obligaciones que compelerán a los productores.

La cercanía del momento en el que expira el plazo para la publicación de dichos regímenes lleva al sector a calcular que, probablemente, su aprobación no llegará hasta el 2026. 

Programa piloto

La Asociación para la Gestión del Residuo Textil, que junto a la asociación de Gestión de los Residuos del Calzado (Gerescal) es el único sistema colectivo de responsabilidad ampliada del productor en España, ha decidido adelantarse y prevé lanzar a principios de 2025 un programa piloto de gestión estos residuos, aunque el Gobierno no haya publicado aún la regulación de los regímenes de responsabilidad ampliada. 

Esta primera iniciativa se pondrá en marcha junto a la Federación Española de Municipios y Provincias y se llevaría a cabo en varias localidades con diferentes densidades de población y tamaños para conseguir datos de una muestra representativa que permita, posteriormente, escalar el sistema a nivel nacional. 

El proyecto se centrará en la recogida de ropa y calzado con el objetivo de reutilizar el máximo residuo posible y reciclar el resto. Las empresas se encargarán de la financiación de la recogida en puntos limpios, contenedores e incluso tiendas mientras que los entes locales tendrán que decidir si asumen el proceso, otorgan una concesión o apuestan por otros modelos.

Más allá de la gestión de recursos

Reducir el excedente de producción de ropa y calzado es otro de los objetivos de la Unión Europea. Según datos de la Federación Española de la Recuperación y el Reciclaje al año se producen a nivel mundial unos 150.000 millones de prendas y el 87% de las fibras utilizadas terminan en el vertedero o incineradas antes de que se termine su vida útil. En el caso de España, la federación cifra en más de 890.000 toneladas los residuos textiles al año de los que solo se reutilizan un 11%. 

El pasado junio el Parlamento Europeo y el Consejo dieron luz verde al nuevo reglamento de diseño ecológico para productos sostenibles con el que, entre otros aspectos, se pretende prohibir la destrucción de ropa y calzado que no se venda, algo que obligará a los fabricantes a darles un nuevo uso

“Para desincentivar la destrucción de productos de consumo no vendidos y para la posterior generación de datos adicionales relativos a la frecuencia de esta práctica, el presente reglamento debe introducir una obligación de transparencia para los operadores económicos, excepto las microempresas y las pequeñas empresas, exigiéndoles que den a conocer el número y el peso de productos de consumo no vendidos que son desechados cada año al menos en una página fácilmente accesible de su sitio web”, expone el reglamento. 

La prohibición de destruir el excedente no vendido de prendas, calzado y complementos de vestir tampoco se aplicará a pymes y pequeñas empresas y entrará en vigor a partir del 19 de julio de 2026. 

Reducir el excedente: el caso de Inditex

La prohibición europea de acabar con la destrucción del stock no vendido no afectaría mucho, a priori, al modelo productivo de  Inditex. Según figura en la memoria anual de la multinacional con sede en Arteixo, en 2022 “los excedentes representaron el 0,79 % del total de artículos comercializados, y la mayoría de ellos se donaron a organizaciones sin ánimo de lucro como ACNUR, Cruz Roja y Cáritas”. 

“Nuestros equipos de producto trabajan para anticipar las demandas de compra de nuestros clientes. Lo que implica mantener un inventario ajustado que nos permita adaptarnos a la demanda a lo largo del tiempo”, exponen.

Los de Marta Ortega también cuentan con las tiendas for&from, a las que iría parte de este excedente, en las que se “ofrece empleo estable a personas con discapacidad física, intelectual y psíquica, y cuyos beneficios se reinvierten íntegramente en los proyectos de estas entidades sociales”. 

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