Inditex: las incógnitas por resolver de la sucesión atemorizan a los inversores
A la pérdida de un activo como Pablo Isla y de su interlocución con analistas y fondos internacionales, se suman las dudas sobre el rumbo que tomará la compañía una vez finalice el año que viene el actual plan de inversiones
Suele decir Pablo Isla que Inditex es una pyme, una mediana empresa y una multinacional. Es la síntesis del viaje que llevó a una empresa familiar a convertirse en la mayor cadena de moda del mundo, pero sin dejar de ser lo primero. Las palabras del presidente saliente cayeron con todo su peso sobre Arteixo la pasada semana, con la renovación de la cúpula, el aterrizaje programado de Marta Ortega en la presidencia, la salida del propio Isla y la degradación de la persona que había colocado como su número dos, Carlos Crespo.
De puertas afuera, el revolcón en el puente de mandos del gigante textil es el segundo gran golpe de mano de Amancio Ortega en la trayectoria de la multinacional. El primero fue la ruptura con José María Castellano, que acabó saliendo anticipadamente del grupo cuando ya había cedido sus funciones ejecutivas y con el detonante de la frustrada operación de compra de Unión Fenosa como telón de fondo. “Le mentiría si no le dijera que me hubiera gustado mucho aportar mi experiencia en una operación de este calibre para Galicia. Y ciertamente también sentí que me llamaran cuando ya no había ninguna solución”, diría posteriormente el también expresidente de Novagalicia en una entrevista a El Mundo. “Hasta aquí hemos llegado”, zanjaba.
Tanto en el inicio de aquella etapa, con un joven Pablo Isla procedente de Altadis y sin experiencia en el sector de la moda gestionando Inditex, como ahora, las dudas afloran entre los inversores y analistas, alérgicos a las incertidumbres y pendientes de los pasos que tomará la nueva directiva.
El papel del nuevo consejero delegado
Un nombre, el de Óscar García Maceiras, se presume clave. Con solo nueve meses en la multinacional, se convierte en consejero delegado bajo la próxima presidencia de Marta Ortega y con Pablo Isla de bisagra de la transición en el periodo que le resta en la compañía hasta abril. La nueva directiva que arropa a la hija del fundador encierra la contradicción de contar con profesionales con más de 30 años –incluso de 40– de trayectoria en la compañía, pero con el más novel al frente.
Abogado del Estado, como Isla, se forjó durante más de una década en el desaparecido Banco Pastor del que Amancio Ortega llegó a controlar hasta el 4,9% del capital, designando consejero a su hombre de confianza, José Arnau, quien habría mantenido importantes diferencias con Pablo Isla en esta última etapa, como explicó Economía Digital Galicia.
García Maceiras tiene por delante un curso acelerado para mostrarse como interlocutor válido ante el mercado y ganar peso en una estructura donde se presume una toma de decisiones más colegiada. Por el momento, entre el Covid y la salida de Pablo Isla, la multinacional se ha dejado 10.000 millones en bolsa en pocas semanas.
Aunque el todavía presidente defendió que era el mejor momento para activar la sucesión, lo cierto es que su aterrizaje en Inditex se hizo entre menos turbulencias. La nueva etapa se inicia, sin embargo, entre la presión de los pure players, el desgaste de los márgenes por la expansión del online, los problemas en la cadena de suministro y los golpes del Covid.
El colchón de Inditex
Dos factores conceden tiempo a la transición que se precipitó el pasado martes a pocas semanas de la presentación de resultados del tercer trimestre. Por un lado, la velocidad de crucero que lleva Inditex y que, si las estimaciones de los analistas no fallan, llevará a la textil a presentar beneficios récord el próximo 15 de diciembre. Por otro, el desarrollo del actual plan de inversiones que finalizará en 2022. Será antes cuando la nueva cúpula tenga que dibujar la trayectoria que trazará la compañía para los próximos años, bajo la presidencia de Marta Ortega.
El plan Horizonte 2022 se puso en marcha con el retail estresado por los cambios tecnológicos y la pandemia mundial del Covid cerrando tiendas. Implicaba una inversión de 2.700 millones, 1.000 millones solamente para el desarrollo de la venta online, y la reestructuración de la red con el cierre de entre 1.000 y 1.200 tiendas, combinadas con aperturas de establecimientos más grandes que permitieran mantener la superficie comercial.
Ese proceso estaba muy avanzado ya este año, cuando se había logrado el objetivo de elevar el peso de las ventas online al 25% y la implementación de la plataforma tecnológica propia, la Inditex Open Platform (IOP), estaba culminada al 90%, según apuntó Pablo Isla. El esfuerzo inversor no es solamente una manera de enfrentarse al virus, sino también la apuesta por mantener el modelo integrado entre las tiendas y el online, la posibilidad de comprar por Internet en los establecimientos o recoger pedidos online en las tiendas, de la que hizo bandera Isla y que, a tenor de las inversiones realizadas, debería seguir siendo clave en el modelo de Inditex.