Inditex huye de las polémicas de Shein: dispara las auditorías a proveedores un 90% en cinco años
Tras ampliar los controles a proveedores y fábricas atendiendo también a temas de trazabilidad de producto y ambientales, las fiscalizaciones de Inditex a sus colaboradores aumentaron un 30% en el último año hasta rozar las 23.000
Del mismo modo que desde Arteixo, Inditex, el gigante de Amancio Ortega, se convirtió en una compañía global, su red de proveedores también lo es. Las cadenas de suministro de la multinacional se organizan alrededor de 12 clústeres cercanos a sus grandes áreas de diseño: España, Portugal, Marruecos, Turquía, Brasil, Argentina, India, Pakistán, Bangladés, China, Camboya y Vietnam.
Aunque los países asiáticos siguen siendo predominantes en el mapa de proveedores y fábricas de Inditex, la compañía eleva la apuesta por sus mercados de proximidad. De hecho, en su último informe anual destaca que “el 2022, el 49% de la fábricas que confeccionan las prendas del grupo estaban situadas en países como España, Portugal, Marruecos o Turquía”.
La memoria de Inditex correspondiente al ejercicio 2022 –en el que, en plena crisis inflacionaria y habiendo abandonado el pujante mercado ruso, logró récord de beneficios y ventas— revela, no obstante, cómo ha cambiado la operativa del grupo con respecto a su red de proveedores en el último lustro.
Vuelco en el mapa de proveedores
Si se atiende únicamente a los proveedores de producto textil, el número se ha reducido en los últimos años, al pasar de 1.866 en 2018 a 1.729 este 2022 (el pico lo alcanzó en prepandemia, en 2019, cuando rozó los 2.000). Por contra, el número de fábricas declaradas por los proveedores ha crecido, incrementándose en cinco años desde las 7.235 a las 8.271.
En este contexto, llama la atención que si algo se ha disparado es el número de auditorías a proveedores y fabricantes. Un 90% en tan solo cinco años y un 30% solo en el último ejercicio. El pasado año, el grupo fundado por Amancio Ortega llevó a cabo 22.948 auditorías, frente a las 12.064 contabilizadas en 2018 y las 17.477 de 2021.
En el exponencial incremento tiene que ver que en los últimos tres años se incluyen en el cómputo “auditorías de trazabilidad, pre-assessment, evaluación ambiental preliminar, sociales, especiales y ambientales”. “En los anteriores años no se incluyen las auditorías ambientales debido a que la modificación realizada en el estándar Green to Wear no permite su comparabilidad”, apuntan.
De este modo, semeja que tanto el aumento de normativas ambientales que está experimentando el sector textil como los propios objetivos marcados por el grupo han disparado los controles a proveedores. Además, con mayores auditorías más se blinda la cotizada de crisis reputacionales como las que, por ejemplo, sufre una de sus grandes competidoras, la ultra low cost china Shein.
Las polémicas de Shein
Y es que es cierto que en los últimos años, la textil gallega se ha ido alejando progresivamente de polémicas como las que ahora sacuden a Shein, compañía que ha sido denunciada en muchas ocasiones por su opacidad (aunque se especula desde hace tiempo con su salto a la bolsa de Nueva York, no es una cotizada, lo que merma su información pública).
Sin ir más lejos, el pasado enero, los de Chris Xu, esta vez sí, publicaron los resultados de una “auditoría independiente”, elaborada por las agencias TUV Rheinland (TUVR), SGS e Intertek, en la que daban cuenta de las retribuciones que reciben los trabajadores de las fábricas que forman parte de su red de proveedores en China (aseguraban que los empleados percibían unos salarios que oscilaban entre los 885 y los 1.230 euros mensuales).
La compañía trataba así de salir al paso de la polémica desatada por la emisión de un documental británico que aseguraba que muchas de sus proveedoras en el país asiático llevaban a cabo una política laboral abusiva, sin apenas descansos.
En contra de los que asegura Shein, el documental Untold: inside de Shein Machine, emitido por el británico Channel 4, aseveraba que trabajadores de algunas de sus fábricas proveedoras sólo tenían un día de descanso al mes y unos salarios que no llegaban a los 600 euros al cambio y que dependían de alcanzar una serie de objetivos de producción.
Proveedores descartados
Inditex denomina proveedores en compra a aquellos que aportan a la compañía «artículos de moda con una producción superior a las 20.000 prendas para las campañas de primavera verano o bien otoño invierno». El pasado ejercicio, de los 1.729 proveedores textiles computados, 955, el 55%, estaban en Asia. Además, y según el Estado de Información no Financiera del grupo, durante su último año fiscal 41 proveedores fueron descartados «por incumplimientos de códigos de conducta», mientras que 6 fueron apartados «por motivos comerciales».
Negocio en España
Dejando a un lado los proveedores puramente textiles, el negocio total que Inditex genera a sus partners españoles creció durante el pasado año un 13%. Así, la matriz de Zara realizó compras a proveedores del Estado español por importe de 6.072 millones de euros, alcanzando su récord histórico.
Con 130 nuevas incorporaciones, el número de empresas españolas que trabaja para Inditex se sitúa en 6.750, un número que crece por segundo año consecutivo pero que aún está por debajo de la cantidad de 7.220 que alcanzó en 2018.