Las revueltas laborales de Inditex: de “las niñas” de Ortega a #ChangeZara
Las mayores protestas contra Amancio Ortega fueron en las primeras fábricas de Galicia, donde las trabajadoras pedían las condiciones de El Corte Inglés
Si la conflictividad laboral no es un rasgo que caracterice el día a día del universo Inditex, la larga trayectoria de la compañía cartografía varias décadas de reivindicaciones laborales, que arrancan en las mujeres del textil gallego que cosían en las fábricas de Amancio Ortega, y llegan hasta campañas de difusión en redes sociales como #ChangeZara, derivada de una protesta de los trabajadores de la cadena insignia del grupo en Nueva York.
Al igual que la última movilización, la de las 63 trabajadoras de las tiendas de Bershka en Pontevedra que estuvieron nueve días en huelga, el periodo de mayor conflictividad laboral con el que lidió Ortega sucedió en Galicia, en las fábricas de confección. Primero en el polígono de A Grela, cuando Inditex todavía era GOA, y después en los centros de Arteixo.
Las trabajadoras de las tiendas de Bershka en Pontevedra estuvieron nueve días de huelga antes de llegar a un acuerdo con Inditex
La lucha por el convenio y la mejora de las condiciones laborales tuvo entonces un carácter icónico en el movimiento obrero. La batalla estaba protagonizada por mujeres en un momento en que las protestas duras de verdad se producían en el sector naval, allí al lado, en Ferrol, donde Navantia todavía puede dar cuenta de la fuerza del movimiento sindical. Cuando el conflicto se enconaba, el interlocutor último era el propio Amancio Ortega.
“A aquellas mujeres, Ortega todavía las llama ‘mis niñas’, y ellas aprecian mucho al empresario, incluso pidieron al Ayuntamiento que le pusiera una calle”, explica Carmen Expósito, secretaria general de la federación textil Fiteqa en CC.OO.
La anécdota refleja las dos almas de Inditex, el gigante textil aséptico y eficiente, y la familiaridad y cercanía que todavía exhibe parte de su cúpula. De hecho, la propia Flora Pérez Marcote, la actual mujer de Ortega, trabajó en esas fábricas, en el área de patronaje, según explica la sindicalista.
Pero también radiografía las distintas fases de la lucha laboral en Inditex, desde las grandes protestas de las fábricas a la negociación estable y regulada de los centros logísticos, pasando por las nuevas reivindicaciones de las tiendas.
Las fábricas que querían ser como El Corte Inglés. Inditex cuenta con once fábricas en Galicia, los únicos centros de confección de la multinacional en España, ahora regulados por un convenio propio. Pero antes de contar con uno de los mejores acuerdos reguladores de la galaxia Inditex, en estos talleres se peleaba por lo más básico. “Cuando yo las conocí ya había varias fábricas abiertas y las trabajadoras vieron enseguida la necesidad de unirse para pelear por las categorías y subcategorías profesionales y por el convenio. Era muy obvio porque cuando nos reuníamos los delegados del textil ellas veían las condiciones de Induyco, los talleres de El Corte Inglés, y ellas querían ser como Induyco”, explica Expósito.
De las primeras reivindicaciones se recuerda el cruce de gritos con Amancio Ortega, que acabaría considerando ‘sus niñas’ a aquellas empleadas que empezaron a trabajar para él muy jóvenes. Algunas de ellas tuvieron acciones de Inditex y lograron reunir cierto capital. También a Juan Carlos Rodríguez Cebrián, ex director general de la multinacional y casado con la sobrina de Ortega, subido a unos paneles y dando largos discursos a la plantilla, o arrojando al suelo las propuestas de mejora que le entregaba en un papel Merche López, empleada que comenzó su andadura profesional en GOA y que acabaría fundando la sección sindical de CC.OO. en Inditex.
La negociación constante de los centros logísticos. La actividad sindical creció como la compañía. López aseguraba el año pasado, con motivo de un homenaje que le hacía el propio sindicato, que las condiciones laborales en Inditex estaban hasta cuatro veces por encima de las del convenio sectorial. En los centros logísticos, hasta 14 suma la compañía, se negocian cada tres años las mejoras para el próximo trienio. La semana que viene, por ejemplo, empiezan las conversaciones para el primer convenio en la historia de Tempe, en Alicante, dedicada al calzado.
Una de las negociaciones más duras se produjo este año, en la plataforma Meco de Madrid, uno de los nodos logísticos de Zara. Los trabajadores protagonizaron movilizaciones y paros simbólicos durante varias semanas. Llegaron a convocar una protesta en el Paseo de la Castellana, coincidiendo con la inauguración del Zara más grande del mundo. Fue solo unos días antes, en una reunión maratoniana, cuando se llegó a un acuerdo. Se fijó una subida salarial del 13% a tres años, si bien el motivo del atasco se debía más a los turnos de la jornada laboral.
Protesta en las instalaciones de la plataforma logística Meco / CC.OO.
Las nuevas reivindicaciones en las tiendas. Es el área donde concentra el grueso del empleo, ocupado muy mayoritariamente por mujeres, pero es donde menos frecuentes son las protestas. Las tiendas no tienen convenio específico, sino que se regulan por el sectorial.
La movilización más famosa, que desveló por primera vez en España este medio, fue la de los trabajadores de Nueva York, que sumaron meses de protesta en demanda de aumentos salariales, horarios mejor regulados y más contrataciones a jornada completa, prácticamente las mismas reivindicaciones que las 63 trabajadoras de Bershka en Pontevedra. Lanzaron la campaña #ChangeZara, que pretendía reunir firmas para pedir al director de la enseña en la Gran Manzana, Dilip Patel, que se sentar a negociar.