Ikea sucumbe al ‘boom’ gastronómico en España para ingresar 25 millones más
La multinacional sueca invierte 12 millones para mejorar la oferta de sus restaurantes y reorientar cocinas y salones hacia el concepto de 'comer en casa'
Todo el mundo parece querer sacar el mayor provecho posible al ‘boom’ gastronómico que, en los últimos años, se ha gestado en España, impulsado por concursos televisivos de máxima audiencia y los chefs más prestigiosos saliendo en los medios cada dos por tres.
Un fenómeno que ha aumentado de manera desmedida el interés por todo lo relacionado con la cocina, al que Ikea, la multinacional sueca de distribución, también quiere sacar provecho.
Cambios en las tiendas
A partir de septiembre, cuando la mayoría de los españoles hayan finalizado sus vacaciones, se van a encontrar algunos cambios en las tiendas de la cadena de distribución. No muchos. Pero sí los suficientes como para que perciban la nueva estrategia enfocada a comer en el hogar, especialmente en el área de ‘market’ y en los restaurantes, buscando espacios más acogedores y con cartas mejoradas y más variadas.
En principio, la implantación de esta estrategia relacionada con el concepto ‘alrededor de la mesa’ se limita a los dos próximos años, para, a partir de entonces y en función de los resultados obtenidos, decidir si se opta por ir más allá o no.
Incrementar un 8,4% los ingresos
Los números que barajan los responsables de Ikea, según comentaba Antonella Pucarelli, su directora general adjunta en España y Portugal, pasan por aumentar en 2016 un 8,4% los 295 millones logrados en el actual ejercicio (el que finaliza el próximo mes de agosto) en todas las áreas de negocio relacionadas con la comida, para alcanzar los 320 millones de euros. De este modo, duplicaría en el primer año los más de 12 millones invertidos en este proyecto.
¿Cómo hacerlo? No tanto por la aplicación de los aspectos básicos y funcionales de las necesidades de los clientes, en los que «Ikea ya ofrece suficientes soluciones», señala Gabriela Díaz-Guardamino, directora de Marketing de Ikea, sino a través de los elementos emocionales, los situados, como recordaba Díaz-Guardamino, en la cúspide de la pirámide de Maslow en relación al universo de la comida, en los que existe un gran potencial de desarrollo.
Cuatro aspectos clave
Armados de argumentos como que la comida en España es una forma de vida, los responsables de Ikea han basado toda esta estrategia de ‘comer en casa’ en cuatro aspectos clave: ahorro de tiempo, calidad a precio asequible, simplicidad y vida más sostenible.
Dan por sentado que la crisis ha ayudado a que la gente cada vez salga menos y se quede en casa, pero también están convencidos de que «la pasión por la comida no es una moda pasajera, y comer en casa es algo que se va a mantener», apunta convencida Antonella Pucarelli. Con la salida de la crisis, las personas volverán a los restaurantes, pero otros muchos optarán por invitar a comer a sus casas, cree la directora general adjunta de Ikea Ibérica.
‘Comes más con la vista que con la boca’
En esas necesidades emocionales detectadas por Ikea se incluyen las experiencias, los placeres, las tradiciones y algo novedoso, la idea ‘comer bonito’, un concepto ligado a la presentación de la mesa y los productos de un modo especial y a aquel refranero viejo de nuestras abuelas de ‘comes más con la vista que con la boca’.
La nueva estrategia ‘alrededor de la mesa’, que contará con el impulso de una campaña publicitaria que se lanzará a principios de agosto, ha tomado como referencia los datos recogidos en la segunda edición del estudio ‘La vida en el hogar’ de Ikea, que identifica hábitos de comportamiento y consumo, y que este año está centrado en el mundo de la comida. En esta ocasión, la ciudad de Madrid ha sido incorporada al muestreo del que ya forman parte Estocolmo, Nueva York, Londres, Bombai, París, Berlín, Moscú y Shangai.
Entre las conclusiones de los hábitos de los madrileños y, en general, del resto de los españoles, es que al 78% le gusta comer, al 69% probar nuevos tipo de comida. Además, a un 60% le gusta cocinar y, aunque el 34% lo ve como una rutina, el 32% reconoce que es algo placentero, el mismo porcentaje que aprecia en cocinar una actividad relajante.