Ignacio Rivera (Estrella Galicia): «Estuvimos a punto de comprar Alhambra»
El presidente de Hijos de Rivera asegura que está en "proceso de cambio" porque se siente "inútil" y no aporta valor a su empresa; desvela que estuvieron en la puja por la cervecera Alhambra y que quieren destinar 10.000 metros cuadrados a lúpulo en la nueva planta de Morás
Dio para mucho la intervención de Ignacio Rivera en O Encontro, las jornadas empresariales organizadas por CESUGA en la Illa da Toxa (Pontevedra). El presidente de la Corporación Hijos de Rivera, directivo de extraordinaria espontaneidad, recorrió los elementos de futuro claves en el desarrollo de la compañía que fabrica Estrella Galicia, mezclando lo técnico y lo histórico, lo personal y lo corporativo. La conclusión fue que la innovación, la tecnología y el impacto –en un sentido de sostenibilidad– son elementos imprescindibles y que deben estar enfocados a uno de dos objetivos: o ser diferente o ser más barato. En la compañía coruñesa han hecho su propia versión del axioma de Guy Kawasaki y han convertido en su propósito «ser la cerveza más querida».
La propuesta de hablar sobre la bebida del futuro en su exposición sirvió a Rivera para reflexionar a fondo sobre innovación. El ejecutivo mostró su convencimiento de que debe realizarse en abierto, pues los procesos internos son «muy lentos» en esta materia. «Echo de menos que nos pongamos de acuerdo en crear ecosistemas. Estamos buscando la manera de innovar de manera abierta, pero no es fácil de hacer en Galicia», apuntó.
Entre los desarrollos que tiene en marcha la compañía coruñesa está ya completado el del lúpulo hidropónico, una forma de cultivo en «atmósferas artificiales» que les permite, por ejemplo, tener su plantación en Brasil donde no sería posible por clima. El objetivo es que el 20% del lúpulo de Hijos de Rivera sea hidropónico, a lo que contribuirán los 10.000 metros cuadrados que pretenden destinar al cultivo en la nueva planta del grupo en Morás (A Coruña).
También apuntó a la producción de cervezas saludables como una manera de revalorizar el producto, por ejemplo, como bebida para controlar el colesterol. «Lo estamos trabajando con ratones y está funcionando muy bien. Los ratones están más saludables. Recibimos los datos hace dos semanas y habían mejorado el colesterol», explicó.
Ignacio Rivera: «Me siento inútil»
Quizá lo que más sorprendió de la intervención de Rivera fue la sinceridad con la que se expresó en el evento, también sobre asuntos personales. «Estoy en un momento de cambio absoluto tanto en el ámbito profesional como en el personal. Profesionalmente creo que no estoy aportando valor a la organización. Me siento inútil, me siento detrás de una agenda, no me siento bien. Tengo que cambiar, tengo que mutar«, explicó.
Uno de los pasos de esta nueva etapa será un viaje a Gambia de la mano de Aurara, la empresa de agua mineral que adquirió la compañía en un 51% y que tiene un carácter estrictamente social, pues destina sus dividendos a facilitar el agua a países en vías de desarrollo. «Me apetece muchísimo», reconoció Rivera, que auguró que regresará «reinventado» de la experiencia, de «ver lo que es el mundo» y lo que es «generar un impacto positivo».
La compra de Alhambra que no sucedió
El presidente de Hijos de Rivera también explicó que no está en los planes del grupo realizar adquisiciones de otras empresas para elevar el crecimiento de las ventas, que a pesar de ser muy relevante, de un 27% en el último año, es totalmente orgánico con excepción de algunas participaciones en cervezas craft.
«Fíjate que nosotros estuvimos a punto de comprar Alhambra«, reveló Ignacio Rivera en referencia a la cervecera andaluza que acabó integrada en Mahou-San Miguel. Rivera explicó que Demetrio Martínez, que entonces lideraba el grupo inversor propietario de la empresa de Granada, reunía a todos los directivos de las cerveceras interesadas en la operación en el mismo hotel para calentar la venta.
«Al final se la llevó Mahou y yo me alegro muchísimo. Estoy seguro de que si hubiéramos comprado Alhambra, Estrella Galicia no sería lo que es porque nos habríamos disipado y creo que todavía tenemos muchísima historia que contar. Luchamos contra la estandarización de la cerveza y ese mensaje ha calado en España. Nos queda mucho que hacer en Europa, en Alemania estamos haciendo un proyecto increíble, toda Norteamérica que igual tomamos alguna posición craft, Centroamérica y el Caribe me parece un mercado fabuloso, en Sudamérica vamos a montar una fábrica para todo el mercado. Nos queda muchísimo para divertirnos», concluyó.