Iberia crecerá de manera “agresiva” y… ¿con subida salarial?
El presidente de Iberia plantea la cuadratura del círculo: crecer, ganar en rentabilidad e incrementar el capítulo uno
Iberia crecerá ofensivamente durante 2018. Incluso queda sobre la mesa una hipotética mejora salarial, que abultaría el capítulo uno mientras aplica expedientes voluntarios de regulación de empleo. El presidente de la compañía, Luis Gallego, sostiene que la expansión del negocio alcanzará el 7,7%. Promete retornos de la inversión del 15%, a la par con los estándares que la matriz International Consolidated Airlines Group (IAG) avanzó a los analistas como objetivo de grupo.
La doble meta dibuja una senda de trabajo “agresiva” para la firma española. Iberia genera actualmente una rentabilidad del 12% y crece a un ritmo del 4,4%, según datos entregados al regulador bursátil. Gallego, por tanto, adquiere el compromiso ante el consejero delegado de la matriz, Willie Walsh, de cuadrar círculo.
Los costes tendrán que contenerse antes de que lleguen los ingresos extra y el crecimiento deberá realizarse con un perímetro similar al actual. Las grandes inversiones para abrir rutas no anunciadas ya parecen ir a contra pelo de este objetivo y, en todo caso, los frutos económicos podrían tardar hasta tres años en cosecharse.
¡Más presión!
“Creemos que lo podemos hacer mejor en mercados donde tenemos una presencia sólida, como Argentina, Brasil y México”, argumenta Gallego. “Por esta razón, la presión hacia el departamento de ventas será mayor”. Al margen de lo que pueda dar más de si el músculo comercial, Iberia contará con el ciclo económico argentino y carioca a su favor durante los próximos meses.
Los últimos datos oficiales de Iberia apuntan maneras. Se aprecia el aumento de márgenes apoyado en la gestión de costes y un incremento moderado de los ingresos, sostenidos por el repunte de Latinoamérica y el Caribe. Ello, al menos, hasta septiembre. En el corto plazo tocaría mejorar los indicadores operativos (ingresos unitarios), donde se aprecia cierto deterioro de acuerdo con los analistas de Bankinter.
Negociación salarial
En paralelo a las interpretaciones que de se hacen de su cuenta de resultados, Gallego señala las amenazas concretas que diluirían los objetivos de Iberia para 2018. Son dos: el precio del petróleo –aunque su encarecimiento también puede abrir una ventana de oportunidades— y el poco probable –aunque posible— fin de la paz social.
Este 31 de diciembre finalizan los convenios de los tripulantes y personal de tierra. Ambos acuerdos entrarán en ultra actividad a partir de enero. Gallego espera alcanzar nuevos pactos y no descarta una subida de salarios. Pero hay mensaje para navegantes. “Nadie puede interpretar que Iberia está en condiciones de reponer los recortes aplicados”. “Volveríamos a la situación de hace cuatro años”.
El contexto
El encarecimiento del petróleo, por su banda, podría aprovecharse por las aerolíneas con más músculo. El mayor precio desencadenaría una reducción de la capacidad –cierre de aerolíneas que operan al límite con el coste del combustible—, y el billete subiría por la menor competencia. Adicionalmente al contexto, hay otros drivers que Iberia cuenta con exprimir.
La clase turista premium estará desplegada en todas las rutas previstas antes de saltar al segundo semestre del próximo ejercicio; la explotación de la ruta a Tokio evoluciona mejor que su business case; y, por último, la llegada de hasta cuatro nuevos aviones introducirán ahorros operativos, que ganarán protagonismo a medida que la futura flota de A350 y A320neo esté totalmente desplegada.