Hércules de Armamento vende humo: ahora fabrica mecanizados de alta precisión
La factoría coruñesa sigue sin poder fabricar armamento, pero eso no le impide presumir en su página web de unas capacidades que cada vez están más mermadas
Hércules de Armamento está en una situación que no le permite presumir de muchas cosas. Sin embargo, en su página web, su carta de presentación al mundo digital, se define como una compañía especializada en mecanizados de alta precisión.
La firma concesionaria de las instalaciones de la Fábrica de Armas de A Coruña, titularidad del Ministerio de Defensa, no tiene ningún pudor en adornar con imágenes de misiles, carros blindados o agentes armados su website, a pesar de tener retirado el permiso para fabricar armas desde finales del pasado año y de no haber producido ningún tipo de armamento o munición en sus casi dos años de actividad.
Tampoco lo tiene a la hora de atribuirse los méritos de las empresas que pasaron por las instalaciones de Pedralonga antes de que Ramón Mejuto desembarcase con su proyecto industrial, cuyo único hito en el apartado de historia de la compañía es el de su constitución.
Sin productos
En los únicos apartados en los que Hércules de Armamento es totalmente transparente es en el de capacidades, donde explica todo el potencial de las instalaciones fabriles y el de productos, en el que no figura ni una sola referencia, lo que pone de manifiesto la falta de aprovechamiento de la factoría como consecuencia de las numerosas lagunas del plan industrial diseñado por la empresa.
Sí que es cierto, como apuntan fuentes conocedoras del sector, que la maquinaria, con un equipo de profesionales cualificados que la sepan emplear y con carga de trabajo suficiente, son capaces de fabricar piezas de gran calidad. Sin embargo, Hércules de Armamento no ha logrado dar con la tecla.
La empresa presidida por Ramón Mejuto atraviesa una situación delicada. Sin la autorización para fabricar armas, incumpliendo con ello los compromisos de armamento adquiridos con el Ministerio de Defensa, y con problemas de liquidez que le impiden estar al corriente de pago con sus trabajadores y con las distintas administraciones, parece muy difícil que la firma sea capaz de devolver el esplendor a la factoría y comenzar a marcar en el apartado de ‘Historia’ sus propios hitos.