Guerra judicial por los impuestos de la residencia que donó Amancio Ortega en A Coruña
El Tribunal Superior de Justicia obliga a la asociación Padre Rubinos a pagar el impuesto de obras por la construcción de su centro en A Coruña, pese a que fue una donación de Amancio Ortega en terrenos cedidos por el propio Ayuntamiento
Antes de las grandes donaciones a la sanidad pública para adquirir equipamiento oncológico, la Fundación Amancio Ortega realizó su primer proyecto de envergadura en A Coruña, con la construcción de una nueva sede para la Institución Benéfico Social Padre Rubinos, una asociación sin ánimo de lucro que desarrolla programas de asistencia social en la ciudad y que tiene más de un siglo de historia.
El hombre más rico de España destinó 36,5 millones a un edificio que incluía una residencia de mayores, una escuela infantil, un centro de día y un albergue social y que le permitió imprimir su sello en la ciudad más allá de las tiendas de Zara. La fórmula de Padre Rubinos, con Elsa Urquijo como arquitecta y Goa Invest de constructora, se replica ahora en los centros geriátricos que está construyendo Ortega en las siete ciudades gallegas.
La nueva sede de Padre Rubinos, a cuya inauguración acudió Flora Pérez Marcote, la mujer de Amancio Ortega y madre de Marta, la futura presidenta de Inditex, ha acabado en los tribunales por un espinoso tema de impuestos. El Ayuntamiento de A Coruña y la institución benéfica litigan por ver a quien corresponde pagar el ICIO, el impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras, que asciende casi medio millón de euros.
Padre Rubinos va a los tribunales
Agotada la vía administrativa, la asociación sin ánimo de lucro llevó la liquidación del tributo a los tribunales, primero al juzgado de lo contencioso y finalmente al Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, convencida de que siendo una entidad benéfica, que no costeó las obras –pues lo hizo Amancio Ortega– ni es titular de los terrenos –pues están cedidos por el Concello–, no le corresponde pagar el tributo. Pero no lo ve así la Sala de lo Contencioso, que en un fallo del pasado tres de septiembre, condena a Padre Rubinos a pagar el impuesto o presentar un recurso de casación ante el Supremo para intentar evitarlo.
Los magistrados concluyen que la institución es la promotora de la obra y que pagó el edificio con “fondos propios que tenían su origen en una donación”. “La empresa Goa Invest –la constructora del grupo Inditex—giró facturas al Instituto y este les hizo frente con las cantidades donadas por la Fundación Amancio Ortega”, señala la sentencia.
Esto convierte a Padre Rubinos, a juicio del tribunal, en el sujeto pasivo del impuesto al ser el “dueño de la obra”, lo que no tiene por qué coincidir necesariamente con el propietario del inmueble.
“Es cierto que una de las obligaciones del Concello da Coruña es la prestación de servicios sociales, por lo que es evidente que la labor del Instituto en el nuevo centro Padre Rubinos supone un beneficio para él; también es cierto que fue esta circunstancia la que justificó la cesión gratuita de la parcela dotacional y el otorgamiento de una concesión gratuita. Que beneficie al Concello da Coruña la obra realizada, no autoriza a trasladarle la condición de sujeto pasivo del ICIO. El Concello no promueve la obra, ni contrata, ni determina como debe realizarse el proyecto, sino que es el instituto, una vez dispone del terreno, quien promueve un edificio acorde con sus necesidades”, dice la resolución judicial.
Finalmente, los magistrados indican que “el hecho de que estemos ante una concesión gratuita” no impide aplicar la legislación vigente ni exime al concesionario de abonar el ICIO, aunque finalmente las obras reviertan el propio Ayuntamiento “en un horizonte temporal más o menos alejado”.