Lonia y Bimba y Lola venden cuatro veces más que Adolfo Domínguez
Las textiles impulsadas por Jesús Domínguez suman ingresos de 491 millones, mientras que la de su hermano Adolfo Domínguez se queda en 112 millones
Una de las sagas familiares clave en la empresa textil gallega es la de los Domínguez. Mientras el foco mediático se posaba sobre el modisto ourensano Adolfo Domínguez, su hermano Jesús impulsó el nacimiento y ascenso de otras dos marcas fundamentales para entender la industria de la moda en Galicia más allá de Inditex. Se trata de Textil Lonia y Bimba y Lola que, en la actualidad, ingresan ya cuatro veces más que Adolfo Domínguez. En cuanto a resultados, la empresa del modisto que popularizó en los noventa el pensamiento de que ‘la arruga es bella’ lucha todavía por salir de los números rojos. En el extremo opuesto están Bimba y Lola y Lonia. La primera se mantiene con unos beneficios cercanos a los 20 millones de euros. La segunda, gracias al empuje de las marcas Carolina Herrera y Purificación García, cerró el pasado año con un beneficio de casi 40 millones de euros, un 30% más que en 2017.
Las trayectorias laborales de los hermanos Domínguez se separaron en el momento en el que Adolfo Domínguez decidió salir a Bolsa. Entonces, Adolfo, el hermano menor, se quedó al frente de la empresa que lleva su nombre, mientras que Jesús, Javier y Josefina aprovecharon las rentas obtenidas para impulsar Textil Lonia. En la actualidad, cada uno tiene una participación de un 25% en el grupo que explota las marcas de Carolina Herrera y Purificación García. Lo hacen a través de las sociedades Tapru, Altagracia y IV Proyects. El restante 25% está en manos del grupo perfumero catalán Puig.
La apuesta por el lujo de Jesús Domínguez
El pasado año, Lonia acuñó un beneficio de 39 millones de euros, un 30% más que el año precedente, mientras que su cifra de negocio alcanzó los 290,7 millones de euros, un 11% más. Casi tres veces más que los números que manejaba Adolfo Domínguez a finales del año pasado. La firma de los hermanos Domínguez apuesta por hacerse fuerte en el mercado del lujo. Si bien España continúa siendo su primer mercado, su crecimiento en el continente americano es cada vez más significativo. El pasado año, las ventas en España se incrementaron en 4 millones de euros, hasta los 138. En América, no obstante, los ingresos crecieron un 31%, de los 69,1 a los 90,9 millones de euros.
A pesar de su implicación en Lonia, en los últimos años, desde el sector indican que Jesús Domínguez está más pendiente de la expansión de Bimba y Lola, otra famosa enseña que también impulsó desde su nacimiento y que está capitaneada por sus hijas: Uxía y María. A cierre del pasado año, Bimba y Lola registró unas ventas de 200,3 millones de euros, un 11,5% por encima de las cifras alcanzadas en 2017, de 179,5 millones. El beneficio neto decreció ligeramente, al pasar de 19,8 millones a 19,4 millones de euros.
Bimba y Lola duplica negocio en cuatro años
Al igual que en el caso de Lonia, Bimba y Lola se centra en el mercado del lujo y apuesta por una expansión rápida centrada en Latinoamérica y Asia. Lo cierto es que en poco más de cuatro años, la enseña ourensana ha duplicado su volumen de negocio. Su crecimiento se apoya en una red de filiales que también está en crecimiento. El año pasado constituyeron las sociedades Bimba y Lola Guatemala Diseño, Bimba y Lola Italy, Bimba y Lola Malasia y Bimba y Lola Costa Rica, a la que se sumó Bimba y Lola Ecuador en febrero de este año, según consta en la memoria del grupo.
Con estas nuevas sociedades, la multinacional cuenta con 15 filiales en el extranjero repartidas por 12 mercados. A los anteriores hay que sumar Reino Unido, México, Portugal, Singapur, Chile, Bélgica y Colombia. Las ventas en el extranjero acariciaron el año pasado los 60 millones (46 millones en 2017), mientras que el volumen de ingresos en España, donde cuenta con 168 puntos de venta, superaron los 140 millones.
Adolfo Domínguez lucha por salir del rojo
Si en la saga de los Domínguez, la fama siempre se la ha llevado Adolfo, el hermano menor, lleva años tratando de salir de los números rojos. Si bien la recuperación ha sido notoria, la compañía, pilotada desde 2017 por Adriana Domínguez, continúa en negativo. En 2018, cerró el ejercicio con 111,9 millones de euros de facturación y unos números rojos de medio millón de euros, una reducción considerable, teniendo en cuenta que las pérdidas llegaron a los 6,9 millones en 2017.
De hecho, a pesar de continuar en pérdidas, fue su mejor resultado en siete años. El resultado antes de impuestos, tasas, amortizaciones y depreciaciones (Ebitda) fue de 1,2 millones de euros.
La pasada semana, la compañía daba a conocer los resultados correspondientes a su primer semestre fiscal. La firma ourensana continúa en números rojos, con un resultado neto negativo de 1,8 millones de euros (unas pérdidas un 35% más bajas, eso sí, que las acuñadas en el mismo período del año pasado). Su facturación global alcanza los 52,5 millones de euros, un 0,9% más que el mismo período de 2018. Con todo, en su comunicación a los medios, la compañía destaca que incrementa sus ventas comparables en un 7,3% durante los primeros seis meses de del año. De nuevo, el incremento de facturación comparada está unido a la expansión en mercados fuera de España, teniendo especial incidencia el azteca. “El crecimiento de las ventas comparables por mercados es del 14,6% en México; del 6,2% en Europa (con España como mercado principal); del 5,9% en el mercado resto del mundo y del 4,9% en Japón”, destacan. Así, y a pesar de las diferencias, parece que las empresas de los Domínguez fían su crecimiento a los mismos territorios.