Guerra de primas: Bimba y Lola duplica las ventas de Adolfo Domínguez
Bimba y Lola elevó un 74% sus ventas en los últimos tres años, mientras Adolfo Domínguez volvía a la rentabilidad tras cerrar 150 tiendas
En el textil gallego hay vida más allá de Inditex, pero está casi toda en la misma familia. Después de las cadenas de Amancio Ortega, las mayores empresas del gremio pertenecen todas a la saga de los Domínguez, los empresarios que iniciaron su trayectoria con el diseñador ourensano Adolfo Domínguez como referente y que posteriormente impulsaron Sociedad Textil Lonia –que comercializa Carolina Herrera y Purificación García— y Bimba y Lola.
Es una misma familia, sí, pero con trayectorias separadas desde la salida a bolsa de Adolfo Domínguez, momento en el que salen del grupo sus hermanos Jesús, Javier y Josefina y aprovechan las rentas obtenidas para impulsar Textil Lonia. Desde entonces, los proyectos de uno y otros han discurrido por separado, lo mismo que sucede ahora, pasados los años, con sus herederas.
Adolfo, el pequeño de los Domínguez
Adriana Domínguez, hija del diseñador, se ha colocado al frente de la empresa de su padre para conseguir devolverla a la rentabilidad tras una enquistada crisis que la mantiene en números rojos desde hace nueve años. Sus primas, María y Uxía Domínguez, hijas de Jesús Domínguez, capitanean Bimba y Lola, empresa que ha vivido un espectacular crecimiento en los últimos años al calor de una acelerada expansión internacional.
Los ciclos opuestos que atraviesan una y otra cadena han provocado la paradoja de que Bimba y Lola prácticamente duplique en ventas a la empresa que es emblema de la familia y que lleva más de 20 años en bolsa, Adolfo Domínguez. Los resultados presentados la pasada semana por Adriana Domínguez muestran unas ventas de 112 millones, frente a los 201 millones de la compañía de sus primas.
Nuevo modelo de tienda de Adolfo Domínguez en Barcelona
La revolución de Adriana Domínguez
Nada sencillo lo tuvo Adriana Domínguez para mantener las cifras. La consejera delegada activó toda una revolución para reanimar a una empresa que se hundía irremisiblemente bajo el mando del equipo de Estanislao Carpio, en su momento un fichaje estrella de Adolfo Domínguez que el propio diseñador acabaría echando por los malos resultados.
En junio de 2017, Adriana Domínguez llegó a la dirección general del grupo y un año después fue nombrada consejera delegada. El último balance presentado por la compañía presentó su primer ebitda positivo en siete años, aunque todavía arrastrando ligeras pérdidas en el resultado final. Bajo el mando de la hija de Adolfo Domínguez se volvió a la marca única, se presentó un nuevo modelo de tienda, se retomaron las campañas de marca y se lanzaron colecciones cápsula. Paralelamente, Adriana continuó con la racionalización de la red de tiendas. En el último ejercicio cerró 81 puntos de venta, más de 150 desde 2015. El vuelco fue tal que Adolfo Domínguez ya tiene más tiendas en el exterior que en el mercado español.
Bimba y Lola abre nueva etapa para seguir creciendo
El escenario fue totalmente distinto. La facturación de Bimba y Lola se elevó un 74% en los últimos tres años, pasando de los 115 millones de 2015 a cerrar 2018 con 201 millones de volumen de negocio. En este periodo, la empresa ha sumado 72 tiendas a su red, poniendo el foco en Latinoamérica –sobre todo México- y Asia, hasta alcanzar los 272 puntos de venta. Adolfo Domínguez tiene 391 y también tiene al país azteca como plaza de referencia, su segundo mercado tras el español.
María y Uxía Domínguez estuvieron cerca de traspasar la compañía el año pasado. No le faltaban novias a Bimba y Lola, pero las hermanas decidieron paralizar la operación, fichar al ex de Inditex y de Esprit José Manuel Martínez como consejero delegado y lanzar un plan estratégico para continuar en solitario. También en Adolfo Domínguez un antiguo empleado de Amancio Ortega se ha hecho fuerte. Se trata de Antonio Puente, director general de la compañía y, en consecuencia, número dos de Adriana Domínguez.
Establecimiento de Bimba y Lola
Dos estilos en dos generaciones
Alejadas del fast fashion de Inditex, Bimba y Lola y Adolfo Domínguez apelan a otras fórmulas de éxito desde dos estilos casi opuestos. De María y Uxía Domínguez casi nada se sabe, se mueven en la más absoluta discreción. Son perfectas herederas del talante de su padre, Jesús Domínguez, a quien se le atribuye ser el arquitecto del éxito de Textil Lonia y de Bimba y Lola, pero cuya primera foto pública es de hace un año, cuando recogió la medalla Castelao.
También fiel al estilo de su padre, Adriana Domínguez es todo lo contrario. Se ha convertido en la imagen de la renovación de la empresa, no rehúye ni entrevistas ni preguntas, disfruta con las campañas promocionales exitosas y sale al escenario cada vez que la compañía explica sus números. Adolfo Domínguez y Bimba y Lola son dos estilos, dos ciclos empresariales y dos generaciones de una saga imprescindible del textil gallego.