Un ganadero de Palas de Rei se adelanta y registra la marca Greenfiber, filial gallega de Altri
Fernando Pacín, propietario de la ganadería Casa Roxa SC, enmarca dentro de sus "proyectos personales" la obtención de la marca Greenfiber, denominación idéntica a la sociedad con la que Altri canaliza la inversión en la planta de fibras textiles
José Soares de Pina, consejero delegado de Altri, durante la presentación del proyecto para construir una fábrica de fibra textil en Palas de Rei (Lugo) / EFE
Repetición de cromos con Greenfiber en Palas de Rei. La Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) ha dado luz verde a la solicitud para registrar esta marca de denominación idéntica a la sociedad con la que Altri canalizará su inversión de 850 millones de euros en Palas de Rei.
Sin embargo, la compañía no será la titular de los derechos sobre este nombre comercial. Y es que en la resolución de la OEPM (que data del 26 de mayo) figura como beneficiario de esta marca Fernando Pacín Viña, propietario de la ganadería Casa Roxa SC, asentada, al igual que el proyecto de Altri, en Palas de Rei.
Consultado por Economía Digital Galicia, el empresario del sector primario se desvincula totalmente de Altri y enmarca la solicitud de registro de este distintivo dentro de sus «proyectos personales». Pacín asegura desconocer los planes de la pastera y la similitud de esta marca con la denominación escogida por la compañía lusa para articular sus inversiones en Galicia.
Adelantamiento a Altri
El empresario del sector ganadero presentó la solicitud de registro de la marca dos meses después de que Altri rebautizase su filial pontevedresa Greenfabric como Greenfiber y diese entrada en ella a Manuel García Pardo (consejero delegado de Greenalia) como representante de su patrimonial Smarttia. Este movimiento se efectuó el 2 de septiembre mientras que el trámite de Pacín ante la OEPM tuvo lugar el 30 de noviembre.
Ahora, más de medio año después, Greenfiber queda registrada como marca en la OEPM. Bajo ella se dará cobijo a productos enmarcados dentro de la clase 16 de la denominada Clasificación de Niza, el sistema de referencia en lo relativo al registro de marcas. Bajo esta rúbrica se abarca aquellos productos de madera como el papel de pasta de celulosa, el papel o el cartón.
A vueltas con la financiación
De esta forma, un ganadero de Palas de Rei se adelanta a una Altri que sitúa este año como el clave para tomar la decisión sobre su planta en Galicia. La compañía contempla una inversión de 850 millones de euros, pero la financiación todavía continúa siendo el principal escollo.
Tanto es así que ejecutivos de la empresa se reunieron con representantes del Ministerio de Industria hace dos semanas después de que la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, rechazase públicamente la posibilidad de poner en marcha un PERTE hecho «a medida para Altri».
El exdelegado del Gobierno en Galicia, José Ramón Gómez Besteiro, había pedido a la Xunta es seriedad y responsabilidad para reconocer que la manera inicial en la que se presentó este proyecto no fue la correcta y que hacer que encaje con los criterios y exigencias de la UE para que pueda obtener financiación.
Por su parte, el presidente gallego, Alfonso Rueda, consideró que las declaraciones de Calviño son «unademostración más de que, por perjudicar las opciones del que espero que sea el próximo presidente del Gobierno (Alberto Núñez Feijóo), no pasa nada por perjudicar a Galicia».
La Xunta acusa al Ejecutivo central de no haber buscado un encaje adecuado a través de distintas líneas de ayudas, desde un PERTE forestal a la posibilidad de inyecciones directas. De hecho, el conselleiro de Facenda, Miguel Corgos, aseguró a finales del año pasado que los planes del Gobierno de Pedro Sánchez pasaban por trocear la inversión en 17 miniproyectos para optar a distintos PERTEs.
Hasta 250 millones de financiación pública
En medio de esta incertidumbre, la pastera lusa se ha dado más tiempo para su decisión final sobre Palas de Rei. No en vano, la compañía se había marcado inicialmente el primer semestre como plazo para anunciar si sigue adelante (o no) con sus planes en Galicia. Sin embargo, en sus últimas presentaciones de resultados se ha borrado esta referencia y se abre la puerta a hacerlo en el segundo semestre.
La iniciativa, que ha recibido la consideración de interés estratégico por parte de la Xunta, precisa de unas ayudas públicas públicas por valor de casi 250 millones de euros. El proyecto contempla la puesta en marcha de un complejo industrial, que contará con dos fábricas (una de pasta soluble, que es la materia prima para diversas fibras textiles; y otra de lyocell), en torno a las cuales girarán 2.500 empleos.
