¿Gran apagón? Galicia produjo casi el doble de la electricidad que consumió el invierno pasado
La comunidad generó 11.700 gigavatios por hora entre diciembre de 2020 y marzo de 2021 frente a una demanda interna de 6.300 gigavatios y cuenta con una de las seis regasificadoras clave para el suministro de gas
Alemania y Austria preparan a su población ante un posible recrudecimiento de la crisis energética. «La cuestión no es si habrá un gran apagón, sino cuándo», ha llegado a proclamar la ministra austriaca de Defensa, Klaudia Tanner, país que desde el pasado mes de octubre ha puesto en marcha una campaña para informar a sus ciudadanos sobre cómo sería vivir durante hasta dos semanas sin electricidad.
La Sociedad Austríaca para la Prevención de Crisis, institución que capitanea el exjefe mayor del Ejército Herbert Saurugg, es una de las principales defensoras de la teoría del gran apagón. Se trata de una catástrofe que estuvo a punto de producirse el pasado enero, según defienden tanto el experto como la propia empresa eléctrica austriaca EVN. Fue entonces cuando la red eléctrica europea se quedó partida en dos por el fallo [desplome de frecuencias] en una subestación en la frontera entre Croacia y Rumanía y puso en jaque al Área Sincronizada Continental Europea.
Galicia, exportadora neta de electricidad
Ahora, casi un año después, los defensores de la teoría del gran apagón en este invierno advierten del riesgo de un blackout en Europa en un momento marcado por una crisis energética a la que Galicia llegaría colocada en mejor posición que otros territorios.
Y es que, según los datos de la propia Red Eléctrica (REE), la comunidad exportó prácticamente la mitad de la electricidad que generó entre los meses de diciembre y marzo del año pasado. En concreto, la producción eléctrica en Galicia ascendió hasta los 11.700 gigavatios/hora durante este periodo en el que la comunidad registró una demanda de 6.300 gigavatios/hora.
Galicia hace valer su condición de comunidad exportadora en el ultraconectado mercado de la electricidad gracias al empuje de las energías que, a su vez, son más inestables y dependen de la meteorología: las renovables. Estas supusieron el 83,8% de la producción total entre diciembre de 2020 y marzo de 2021, con la hidráulica (43,5%) y la eólica (38,4%) como principales fuentes de generación durante este periodo.
De las térmicas al ciclo combinado
De esta forma, Galicia sería capaz de hacer frente a sus necesidades eléctricas solo con fuentes de energía renovables siempre y cuando estas órdenes de compra y venta en el mercado coincidiesen en el tiempo. La comunidad reduce así al mínimo, en lo que a producción eléctrica se refiere, de unos combustibles fósiles cuya cotización se ha disparado en los últimos meses y ha provocado una escalada en el recibo de la luz así como el temor a la falta de abastecimiento y un gran apagón.
Las centrales térmicas supusieron apenas el 0,9% de la producción eléctrica en Galicia en el pasado invierno que, en teoría, estaba llamado a ser el último con la planta de As Pontes en funcionamiento. Sin embargo, la central pospone su cierre y se prepara para su posible reactivación este invierno. Las instalaciones cuentan con 60.000 toneladas de carbón en la recámara (20.000 de ellas llegaron a finales del mes de octubre en el buque Lady Deniz) ante el temor a que la sequía de gas altere el funcionamiento de las centrales de ciclo combinado.
Estas últimas, que se incorporan al sistema principalmente cuando la generación con renovables no es suficiente para cubrir la demanda, produjeron 1.040 gigavatios/hora entre diciembre de 2020 y marzo de 2021, representando así un 8,9% en el mix eléctrico gallego. Estas plantas se alimentan a través de un gas que cotiza actualmente al doble de precio que en el arranque del año pese a que en las dos últimas semanas ha sufrido un retroceso del 16% y que, además, se enfrenta a una doble amenaza.
El gas mira de reojo a Rusia y Argelia
Por un lado están las tensiones geopolíticas entre la Unión Europea y Rusia, que impactan de lleno sobre el gasoducto que atraviesa Polonia y Ucrania y que abastece al grueso de los países del Viejo Continente. Tras semanas de fuertes escaladas en el precio, la compañía estatal rusa Gazprom ha anunciado el incremento hasta los 109,3 millones de metros cúbicos diarios del volumen de gas natural que ha bombeado este miércoles a Europa. A estas cantidades se suman los 31 millones de litros cúbicos diarios que pretende mover cada día a Alemania a través de su otro gran gasoducto (el Yamal-Europa, que discurre por Bielorrusia y Polonia).
A estas tensiones en el suministro de gas ruso y la subida de precios se suma la decisión del gobierno de Argelia de cortar el suministro a través de uno de los dos gasoductos que conectan con España. Se trata del Gasoducto Magreb Europa, que atraviesa Marruecos, país con el que Argelia ha intensificado sus tensiones diplomáticas en los últimos meses. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha recalcado que, pese a esta decisión España ha «recibido la garantía del suministro de gas de Argelia».
A estos envíos de gas de Argelia que, según el Gobierno, se encuentran blindados se suman las llegadas de buques cargados de gas natural licuado preparado para ser transformado en una de las seis regasificadoras con las que cuenta el país (la de Reganosa en Mugardos, Barcelona, Bilbao, Cartagena, Huelva y Sagunto). España cerró el ejercicio 2020 como el sexto Estado del mundo con más instalaciones de este tipo, siendo solo superada por Japón (36), China (22), Estados Unidos (10) y Corea del Sur (7).