Golpe industrial: Megasa suspende uno de sus turnos por el alto coste energético
La dirección de la siderúrgica de Narón anuncia a sus operarios que, “a la menor brevedad”, paralizará la producción del turno de mañana
La crisis energética llega a la gran industria gallega. La dirección de la primera siderúrgica de la comunidad, Megasa, asentada en Narón, ha trasladado a sus operarios que “a la menor brevedad” suspenderá la producción del turno de mañana debido a los costes energéticos. La medida fue trasladada a la parte social este viernes.
Sigue Megasa, de esta forma, la senda iniciada por Sidenor, siderúrgica del País Vasco interesada en la planta de Alcoa en San Cibrao y que esta semana anunció su intención de paralizar la producción unos 20 días debido al alto precio de la electricidad.
La crisis de las electrointensivas
Megasa forma parte de las empresas catalogadas como electrointensivas debido a la gran cantidad de energía que consume para transformar la chatarra en acero corrugado de barra, en rollo salvaje y alambrón. La compañía, de los hermanos Freire, forma parte de la patronal Aege, presidida por el dueño de Sidenor y que esta misma semana reclamó a la ministra de Industria, Reyes Maroto, una solución para la gran industria consumidora ya que, asegura, en su conjunto, pagará este año 1.500 millones de euros más por la electricidad que sus competidoras europeas.
La medida ha sido justificada desde la parte empresarial por el alto coste alcanzado por la electricidad, que se ha traducido en un encarecimiento muy considerable de la producción.
El imperio de los Freire
En Narón Megasa cuenta con otra empresa, Megamalla, emplazada en el polígono industrial de Río do Pozo, dedicada a la fabricación de malla electrosoldada de acero, cuya producción procede de acero corrugado laminado en caliente, en barra o bobina.
El grupo fundado a mediados de la década de los sesenta por los hermanos Freire, originarios de As Somozas (A Coruña), se ha expandido en los últimos años, primero con la compra de varias plantas en Portugal, en donde cuenta con hasta tres centros de producción y otro de reciclaje de chatarra, mientras que desde el 2016 son los propietarios de otra fábrica en Zaragoza y una planta también de recuperación en Valencia, adquirida esta última en el año 2012. Hasta ahora, Megasa, se había mantenido al margen de la crisis que en los últimos años azota a la gran industria gallega.