Galicia atrae macroproyectos energéticos con tanta potencia como tres centrales de As Pontes

Entre megaparques de eólica marina y centrales hidroeléctricas reversibles, empresas como Iberdrola, Bluefloat, Capital Enegy o Magtel han presentado propuestas ante el Gobierno central que suman cerca de 4.600 megavatios

Imagen de una torre de un paque eólico marino. Foto: EFE

Imagen de una torre de un paque eólico marino. Foto: EFE

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Al calor de la descarbozación y las ayudas europeas, numerosas empresas ponen los ojos en Galicia como escenario en el que desarrollar macroproyectos energéticos. El próximo enero, la Xunta activará una moratoria de un año a nuevos proyectos eólicos con el fin de poder tramitar “con garantía” 275 expedientes que suman 7.200 megavatios. No obstante, al margen del negocio más tradicional del viento, el Ministerio para la Transición Ecológica tiene sobre su mesa media docena de propuestas tanto de energía hidráulica como off shore (eólica marina) que suman, por sí solas, 4.600 megavatios, más de tres veces la potencia de la central térmica de As Pontes.

Tanto por los elevados periodos de tramitación, como por su complejidad y por la falta de regulación, muchos de estos proyectos pueden quedarse solo en eso. Aún así, en casi todos los casos, sus tramitaciones ambientales ya están en marcha. De hecho, se encuentran expuestos, en su mayoría, en el portal del departamento de Teresa Rivera de consulta pública de evaluaciones.

Eólica marina

El desarrollo de la eólica marina en las costas gallegas sigue siendo una incógnita, aunque eso no ha hecho que no se hayan presentado, hasta el momento, dos macroproyectos que suman 2.200 megavatios. Primero fue Iberdrola y, hace tan solo una semana, y tal y como adelantó Economía Digital Galicia, la alianza de BlueFloat y Sener.

A principios de año los de Sánchez Galán presentaron ante el ministerio dos proyectos con el objeto de levantar sendos parques eólicos marinos, San Brandan y San Cibrao, de 490 megavatios de potencia cada uno, entre Ortegal y Cariño. La propuesta enseguida despertó las críticas de colectivos ecologistas así como de cofradías de pescadores que temen que las instalaciones puedan afectar directamente a su sector. La Xunta decidió mover ficha y constituyó un Observatorio da Eólica Mariña, foro que pretende ser punto de encuentro de todos los actores implicados en el desarrollo de esta energía.

Pero, además, hace dos semanas, en el portal de evaluaciones ambientales del Gobierno central emergió otro nuevo proyecto de eólica marina que pasa por ser el más grande hasta la fecha presentado en España. La alianza entre BlueFloat Energy y Sener proyecta en las costas gallegas un parque de 1,2 gigavatios, es decir 1.200 megavatios, a través de la sociedad de reciente creación Parque Eólico Marino Nordés. De momento no hay más información sobre el proyecto, ni su ubicación exacta ni su presupuesto. Pero un dato puede dar idea de por dónde irán los tiros. La joint venture ya anunció, el verano pasado, su intención de desarrollar en Cataluña, el parque Tramuntana que en una primera fase llegaría a los 500 megavatios y en una ampliación posterior a los 1.000. El presupuesto rondaría los 2.000 millones y la pretensión es financiarlo, de salir adelante, con fondos propios en un porcentaje de un 20 o un 30%, recurriendo de forma mayoritaria a financiación bancaria y ayudas del Banco Europeo de Inversiones (BEI). El CEO de BlueFloat ya desarrolló en Portugal, en su etapa en EDP, el proyecto de eólica marina WindFloat Atlantic, de 25 MW frente a la costa de Viana do Castelo. La compañía también tiene detrás a 547 Energy, con sede en Houston y con negocios renovables en EEUU, Grecia e Irlanda.

La hoja de ruta del Gobierno

Pero, con mayor o menor apoyo, de momento, estos proyectos no dejan de ser más que eso. En principio, será necesario que se aprueben los planes de ordenación del espacio marítimo (POEM). Sin ir más lejos, la propia Xunta de Galicia anunció recientemente que había alegado ante Transición Ecológica contra los proyectos de Iberdrola. La directora xeral de Planificación Enerxética, Paula Uría, opina que el Ejecutivo central no debería ni siquiera evaluar los trámites ambientales “mientras no se aprueben definitivamente las zonas donde se pueden implantar proyectos eólicos offshore”.

Justamente el pasado viernes, el Consejo de Ministros, a propuesta de Transición Ecológica, aprobó la hoja de ruta para el desarrollo de la eólica marina y de las energías del mar en España, que tiene como objetivo alcanzar hasta tres gigavatios, 3.000 megawatios de eólica flotante en 2030.

La fiebre hidráulica

Al margen de las incógnitas que pesan sobre el desarrollo de la energía eólica marina, la comunidad gallega también ha suscitado el interés de otras compañías que pretenden desarrollar macroproyectos, en este caso, relacionados con las centrales hidráulicas de bombeo, grandes instalaciones que unen dos masas de agua y que fueron concebidas para satisfacer la demanda energética en horas pico y poder almacenar la producción eléctrica en horas valle. Aunque en el sector dan por hecho que se presentarán nuevas propuestas, en la actualidad, tan solo cinco proyectos que pretenden desarrollarse en la comunidad suman 2.400 megavatios. Hay que tener en cuenta que, entre grandes y pequeñas centrales hidroeléctricas, el territorios gallego computa en la actualidad, según los datos del Inega, casi 3.800 megavatios hidráulicos.

La madrileña Capital Energy presentó recientemente un proyecto para levar una central hidroeléctrica reversible de 366,46 MW en el lago das Encrobas y que conectaría con otra balsa de agua que se construiría en Cerceda. Su presupuesto podría alcanzar los 380 millones de euros e implicaría unos cinco años de obras.

También pretende desembarcar en Galicia la cordobesa Magtel, con una central reversible en Ourense, entre los embalses de Prada y Santa Eulalia, en el ayuntamiento de A Veiga. Con 160 MW, rondaría los 157 millones de euros de inversión y tendría un plazo de ejecución de tres años.

Por otro lado, el plan de Reganosa y EDP para la revitalización industrial de Ferrolterra tras el cierre de Endesa y que, en gran medida, pivota sobre una gran central de hidrógeno verde alimentada por energía eólica, comprende también una hidroeléctrica de bombeo, de 570 MW, que emplearía como depósito inferior el lago de As Pontes y como superior una nueva balsa de agua.

Además, los gigantes Iberdrola y Naturgy también tienen en marcha, ya desde hace años, otros dos proyectos de los denominados de megabaterías. Los de Ignacio Sánchez Galán apuestan por conectar los embalses de Cenza y O Bao, en Ourense (que ya explota). Con la nueva megaconstrucción se aumentaría la potencia de turbinación y bombeo en 900 MW.

En la misma provincia, los de Francisco Reynés quieren conectar las presas de Salas y As Conchas, con una obra con un presupuesto estimado de 350 millones de euros.

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