Furor por el wolframio gallego: ‘boom’ de compras y ampliación en Varilongo para el nuevo dueño de San Finx
Rafaella Resources pone en marcha la solicitud de permisos para abrir también una mina a cielo abierto en Varilongo tras mejorar sus previsiones en el yacimiento y recibir el interés de distintos grupos para la compra de su wolframio
Rafaella Resources suma y sigue. La minera australiana ha mejorado sus perspectivas sobre el yacimiento de wolframio de Varilongo y pone cifras a su acuerdo con Valoriza para la compra de San Finx.
La compañía ha remitido al regulador de la bolsa de Australia su reporte de actividades del último trimestre. En el documento constata el «interés» de compradores por hacerse con el wolframio que salga de las dos explotaciones mineras que controla en Galicia (Varilongo y San Finx) y las otras dos que ha adquirido recientemente en el norte de Portugal (Borralha y Vilaverde).
La demanda al alza del wolframio
Según Steven Turner, director general de Rafaella Resources, durante este último trimestre la firma ha protagonizado su transformación con la que ha pasado de ser «una compañía con un único proyecto en desarrollo» a hacerse con un «portfolio de proyectos estratégicamente posicionados, localizados en el mismo cinturón geológico y cercanos a puertos».
El director general de la minera australiana apunta que, «con una demanda actual de cerca de 8.500 toneladas anuales de tungsteno (wolframio), Europa no es capaz de cubrir con sus productores locales las necesidades que tiene de este metal crítico», explica Steven Turner, que recalca que «la compañía se encuentra bien posicionada para convertirse en proveedor de referencia para estos mercados».
La compañía alimenta esta producción desde la planta piloto que puso en marcha en Varilongo el pasado verano. Rafaella Resources ya produce, aunque a pequeña escala, mientras se encuentra a la espera del estudio de factibilidad para poner en marcha toda su maquinaria. Será a partir de entonces cuando comience a operar a pleno rendimiento en esta mina que llevaba inactiva desde el año 1985, cuando Coparex puso punto y final a su andadura en este yacimiento que durante la Segunda Guerra Mundial abasteció al ejército nazi de un mineral clave (el wolframio) para sus tanques.
Rafaella Resources quiere operar también a cielo abierto en Santa Comba
Al estudio de factibilidad de Rafaella Resources se incorporará el nuevo dato que la compañía ha recabado y comunicado a la bolsa australiana. Y es que el grado de aprovechamiento de los recursos mineros en Varilongo es 5,6 puntos porcentuales superior a lo estimado inicialmente.
Rafaella Resources, que se dispara un 30% en bolsa en el último mes tras mejorar sus perspectivas sobre Varilongo y cerrar la compra del yacimiento de wolframio de San Finx a Valoriza Minería (filial de Sacyr), ya prepara otra nueva expansión de su huella en Galicia. En concreto, la firma ha encargado a la consultora madrileña CRN Consultores que se encargue de los trabajos de ingeniería y de solicitud de los permisos para poner en marcha una mina a cielo abierto en Varilongo.
La letra pequeña de su acuerdo para comprar San Finx
En su memoria trimestral, Rafaella Resources también ofrece todos los detalles de la compra de la mina de San Finx. La firma, como ya anunció en el momento de la adquisición, no desembolsará cantidad alguna hasta que se alcancen determinados hitos de producción.
Y es que la firma solo comenzará a pagar a Valoriza a partir de cuando alcance las 1.000 toneladas de metales vendidas. Estas comisiones se situarán de forma inicial en el 2,5%, pero se elevarán hasta el 5% cuando el precio del tungsteno (wolframio) supere los 300 dólares la tonelada métrica o el estaño se encarame por encima de los 33.000 dólares la tonelada.
«Valoriza continúa ofreciendo un importante apoyo técnico al el proyecto con respecto a los permisos para el vaciado de agua. Si no se logran los permisos para el vaciado de aguas, Valoriza asumirá los costes del proyecto completo de restauración«, asegura Rafaella Resources, que revela que la mina produjo 35 toneladas de estaño y 32 de concentrado de tungsteno en su último de operaciones (2017). «La mina tiene todos los permisos y tiene una planta de procesamiento. El reinicio está previsto para 12 meses después de que se logren los permisos para el vaciado de agua», recalca la firma, que, de esta manera, demora en el tiempo la vuelta a la actividad en el yacimiento de Lousame.