Fumata blanca: Navantia y ElectroRayma llegan a un acuerdo con la deuda de los buques australianos
La auxiliar ElectroRayma presentó una demanda judicial contra Navantia en la que le reclamaba 4,7 millones de euros por los trabajos realizados en los dos buques construidos para la Armada de Australia
Reconciliación en el naval. La empresa pública Navantia ha llegado a un acuerdo con la firma auxiliar ElectroRayma, asentada en Narón (A Coruña), respecto a los sobrecostes registrados en la construcción de los buques del tipo AOR para la Armada de Australia.
Durante los últimos días las negociaciones entre el responsable de la compañía perteneciente a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y de la empresa de electricidad y electrónica se fueron sucediendo para tratar de desbloquear un asunto que llevó a los propios operarios de ElectroRayma a protagonizar varias movilizaciones, dado que consideraban que el futuro de sus puestos de trabajo estaba en riesgo por las dificultades financieras de la empresa auxiliar y que adeuda a sus trabajadores dos nóminas.
Resolución «negociada y amparada en los términos del contrato»
Aunque de momento no han transcendido los términos de este acuerdo ni la cantidad fijada, que la auxiliar cifraba en 4,7 millones, fuentes de Navantia defienden que «es un resultado positivo porque ambas partes hemos conseguido resolver el contencioso de forma negociada y amparada en los términos del contrato, como Navantia siempre ha defendido, y porque la solución alcanzada vela por el mantenimiento del empleo».
Hace casi un mes, los trabajadores de ElectroRayma cortaron el acceso al astillero de Navantia en Ferrol para ejercer presión sobre la demanda judicial en la que le reclamaba a la naval pública los citados 4,7 millones de euros por los trabajos realizados en los dos buques del tipo AOR construidos en las instalaciones ferrolanas para la Armada de Australia.
La reclamación de la deuda había generado conflicto entre las dos partes acerca del volumen de la deuda. La auxiliar pedía que se le pague los modificados que se fueron realizando según fue avanzando la obra, unas cantidades en la que no estaba de acuerdo la empresa naval, que reconoció tener pagos pendientes con la subcontrata, pero discrepó de las cantidades reclamadas.