El abogado de los franquiciados de DIA se fuga con el dinero y las pruebas
El abogado que presentó la mayor querella contra DIA desaparece con el dinero de los franquiciados y las pruebas contra la empresa
El abogado de buena parte de los franquiciados quebrados con los supermercados DIA ha desaparecido. Los clientes lo llaman por teléfono, lo persiguen con correos electrónicos y mensajes de Whatsapp y hasta lo increpan y lo insultan a través de Facebook.
David Perales, el abogado especializado en querellarse contra franquicias conflictivas, se fue con el dinero y, lo que es peor, con las pruebas y los documentos originales con los que algunos franquiciados intentaban demostrar que DIA se lucraba a costa del fracaso de los franquiciados.
Algunos han puesto denuncias ante la policía y otros han acudido al Colegio de Abogados de Barcelona. Pero el abogado sigue sin aparecer.
David Perales se esfumó sin haber ampliado querellas pendientes, sin haber acudido a algunas declaraciones y sin haber recurrido algunas sentencias desfavorables de los clientes, según denuncia un grupo de afectados.
Dos hipótesis se extienden ente los franquiciados: orquestó una estafa masiva o pactó a escondidas con las grandes empresas con las que batalló sin tregua.
“Sospechaba que algo raro estaba pasando porque estaba dejando de contestar al resto de afectados. Le pagué 2.300 euros y ha desaparecido con todos mis papeles. Yo no tengo ni un solo documento original y ahora no sé si voy a poder continuar con mi caso. Después del rechazo de la querella colectiva, todo regresa a los juzgados de origen de cada afectado y yo no tengo los documentos”, explica Bárbara García, una franquiciada quebrada de Logroño que reclama a DIA el pago de 60.000 euros.
“Teníamos una citación a los juzgados en septiembre y no se apareció. Por no haberse presentado, ahora puedo perder un aval de 10.000 euros”, explica Jasone Ibarrondo, una franquiciada de DIA que quebró en Bilbao.
Retrasos de última hora
Perales no sólo llevaba buena parte de los casos de DIA, sino que también contaba con 48 franquiciados de Yves Rocher, y varios afectados de Lizarrán, Restalia y Yoigo. “Me dijo que había presentado la apelación en nuestro caso pero nunca había presentado tal apelación. Me enteré en los tribunales que lo habían llamado de forma insistente para avisarle que se le pasaba el plazo y nunca hizo nada”, explica un franquiciado de una cadena de restauración que pidió el anonimato.
Perales ya cuenta al menos con dos denuncias en su contra: una en los juzgados de Logroño por estafa y otra en una comisaría de Madrid por haber desaparecido después de que un grupo de franquiciados quebrados de Lizarrán le entregara el dinero inicial para iniciar la querella contra la marca.
Antes de desaparecer, Perales envío un mensaje en forma de spam a todos sus contactos. Necesitaba 300 euros para seguir trabajando. Algunos le ingresaron el dinero. Otros desconfiaron y se negaron a pagar. Ahora las decenas de denuncias y querellas contra las marcas franquiciadoras han quedado en el limbo.