Fiscalía pide 4 años de cárcel para el socio hotelero de Sandra Ortega

La Fiscalía de Madrid cuatro años de prisión por fraude fiscal para el presidente de Room Mate, Kike Sarasola, su hermano y su madre

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La Fiscalía Provincial de Madrid pide cuatro años de prisión para el empresario Kike Sarasola, el presidente de Room Mate, por fraude fiscal. La cadena hotelera está participada por Sandra Ortega, hija del fundador de Inditex, quien ha mostrado una fe inquebrantable en el proyecto de Sarasola. A través de Rosp Corunna controla un 30% de la compañía, donde inyectó millones para financiar su expansión.

El Área de Delitos Económicos de la Fiscalía detecta ahora que Sarasola, su hermano Fernando y su madre, Cecilia Maralunda Ramírez, defraudaron 4,2 millones a Hacienda y solicita penas de prisión para los tres. En el caso de la viuda de Enrique Sarasola Lerchundi, el padre del máximo accionista de Room Mate, la reclamación asciende a 2,37 millones en concepto de responsabilidad civil y la acusa de un delito contra la Hacienda Pública en el Impuesto sobre la Renta del año 2002.

Para los hermanos, el escrito de acusación les imputa el fraude fiscal en el Impuesto de Sucesiones y la cantidad de 916.452 euros cada uno. Además, les exige el pago de una multa que en el caso de la Cecilia es de diez millones de euros y en el de los hijos de ocho millones (cuatro cada uno).

Una estructura «opaca» para «ocultar patrimonio»

El fraude está vinculado a la herencia de Enrique Sarasola Lerchundi, fallecido el 2 de noviembre de 2002 y a una sociedad domiciliada en la plaza offshore de Curaçao (Antillas Holandesas). Desde allí, según la Fiscalía, controlaba el padre y los dos hermanos la sociedad madrileña Hipódromos y Caballos SA, cuyo patrimonio ascendía en 2001 a 26.3 millones. El fallecido ostentaba el 32%, mientras que los hijos tenían un 13,8% cada uno.

Una sociedad interpuesta con domicilio en Holanda, Azulintas BV, controlaba el resto del capital y, a su vez, tenía como socio único a Scoupe International NV, la sociedad de las Antillas Holandesas.

El Ministerio Público concluye que a través de una estructura “opaca” los Sarasola tenían el control del 100% de su negocio hípico. El hermano de Kike Sarasola, Fernando, fue jinete olímpico.

Una fundación en Panamá

A su muerte, Sarasola Lerchundi dispuso que el certificado de las acciones al portador de Scoupe International NV, sociedad domiciliada en Curacao, se quedara bajo la custodia de la Fundación Lyonmar, entidad panameña constituida a instancias suyas por la madre y abuela, respectivamente, de los acusados, «con el fin de ocultar parte de su patrimonio y de articular el traspaso de sus activos a sus herederos a su muerte».

De este modo dispuso que a su fallecimiento, el Protectorado de dicha Fundación, que hasta entonces era ejercido por él a través de la sociedad Ficavi Holding SA, pasara a estar compuesto por su esposa y dos hijos, quienes podían así disponer libremente de todos los bienes y activos de la Fundación, entre los que se encuentran las acciones de Hipódromos y Caballos SA.

De manera que al fallecimiento de Enrique Sarasola Lerchundi, sus hijos Fernando y Kike pasaron a ser propietarios de la mitad de ese 40,04% de la empresa.

«Ninguno de los acusados declaró la adquisición de estas acciones a título de herencia en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, habiendo ambos renunciado formalmente a la herencia de su padre en territorio español», dice el Ministerio Público. La madre, Cecilia Marulanda, tampoco declaró en su IRPF la mitad que le correspondía de ese 40,04%.

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