Fracasa la ofensiva judicial de Frinsa para anular marcas rivales
La conservera de Ramiro Carregal, referencia de la marca blanca, pierde en los tribunales tres demandas contra las marcas Braulio Alfageme y Frisla
La conservera gallega Frinsa, toda una institución en Ribeira y una de los principales grupos del sector al superar los 400 millones de facturación, ha emprendido una ofensiva judicial contra marcas rivales que, a su juicio, resultan lesivas para la compañía, bien por generar confusión con sus propias enseñas, bien por aprovecharse en el mercado de su buena imagen a consecuencia de lo primero. Hasta tres contenciosos inició la empresa fundada por Ramiro Carregal contra la Oficina Española de Patentes y Marcas y, de rebote, contra las empresas que lograron inscribir en el registro las enseñas Frisla, La Conserva by Braulio Alfageme y La Conserva by Braulio.
La compañía de Ribeira (A Coruña), uno de los mayores fabricantes europeos de túnidos y mariscos en conserva, asentó la clave de su éxito en la producción de marca blanca para las grandes cadenas de distribución. Sin embargo, también trabaja la marca propia a través de las enseñas Frinsa y Ribeira. Además, inició en los últimos años una expansión por España a través de un innovador concepto de tienda gourmet para presentar productos de alta calidad bajo la denominación La Conservera. Aquí está la raíz del conflicto, en el que la empresa ha llegado hasta el Tribunal Superior de Justicia. Y ha perdido.
Otra conservera gallega gana la batalla a Frinsa
Tres sentencias de finales del año pasado, dos de noviembre y una de octubre, desestiman los argumentos de la conservera gallega contra el registro de las marcas. Uno de los fallos afecta a otra empresa gallega, Conservas Cermar, radicada en el polígono Sete Pías de Cambados y distribuidora de los mejillones, berberechos y atún de la marca Galicia. En 2016 solicitó la marca Frisla en la Oficina de Patentes y Marcas y consideró el equipo de Ramiro Carregal y su de hijo Jorge, los dos timoneles de Frinsa, que la concesión y puesta en el mercado generaba confusión con la enseña de la conservera de Ribeira.
Recurrieron primero ante la oficina dependiente del Ministerio de Industria y después ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. En sentencia del pasado 3 de octubre, la Sala de lo Contencioso desestima el recurso contra la inscripción de la enseña al considerar que “no hay riesgo de confusión pues, como dice la resolución de la Oficina, las sílabas que componen los signos son diferentes, lo que les dota de una fonética diferenciada”. Además, indican los magistrados, “hay que apreciar que desde el punto de vista gráfico los signos son claramente diferentes”.
Registro de la marca Frisla en la Oficina Española de Patentes y Marcas
Conflicto en la gama premium
La misma suerte corrió la compañía gallega en su ofensiva contra la inscripción de las marcas La Conserva by Braulio Alfageme y La Conserva by Braulio, registradas por la empresa cántabra Dando La Lata Premium, que se dedica a la elaboración de conservas de alta calidad. El conflicto estriba en este caso en la coincidencia entre La Conservera de Frinsa, que opera además en la misma gama premium, y el denominativo La Conserva.
También en este caso el Tribunal Superior de Justicia de Madrid descartó cualquier riesgo de confusión. Indica la Sala que, “pese a coincidir en parte los signos enfrentados en los vocablos”, estos “no se pueden considerar como los más distintivos pues son meramente descriptivos de los productos solicitados, mientras que los otros vocablos de la marca impugnada son claramente diferentes de los de los signos prioritarios y debemos considerarlos como los más distintivos”. Es decir, entiende que Braulio y Braulio Alfageme son los elementos distintivos de la marca y la hacen perfectamente diferenciada de La Conservera de Frinsa.
Registro de las marcas La Conserva by Braulio y La Conserva by Braulio Alfageme en la Oficina Española de Patentes y Marcas