Forbes desvela los secretos de Olegario Vázquez Raña
Natural de Avión, la localidad ourensana donde recibió como invitado a Carlos Slim, Olegario rechaza todo vínculo con los poderes políticos tras convertirse en uno de los empresarios más acaudalados de México
Hacía más de 15 años que Olegario Vázquez Raña no concedía una entrevista. El empresario natural de la localidad ourensana de Avión, uno de los hombres más ricos de México, recibió a Forbes en su despacho. Allí aseguró que el único vicio lujoso que tiene es el avión privado o, en su defecto, el helicóptero. Y aunque le gusta hacer escapadas con su familia y amigos, dice que uno de los motivos capitales para disponer de tan ágil medio de transporte es ir a las cenas de sus empleados. «A algunas llego a la sopa, a otras al plato fuerte y a la tercera al café, pero si no solo podría ir a una», explica.
Don Olegario es el dueño del Grupo Empresarial Los Ángeles, conglomerado con intereses en el sector hotelero (Hoteles Camino Real), los medios de comunicación (Excelsior, Grupo Imagen), o la banca, a través de Banco Multiva. Dice el hijo de emigrantes gallegos, el millonario que trae a Carlos Slim en verano a su pueblo natal, que el día que adquirió la licencia para dirigir un banco en Estados Unidos se llevó a su esposa, María de los Ángeles Aldir, y a sus tres hijos. «Era un evento importante», zanja el empresario, que hubo de superar varios interrogatorios de DEA y FBI para verificar que ni llevaba droga ni iba a cometer ilegalidad alguna.
El millonario próximo al poder
«He sido un hombre de mucho trabajo, siempre me ha acompañado la suerte y tengo la riqueza más grande en mi familia», resume el magnate, al que en tantas ocasiones se le ha atribuído una excesiva cercanía al poder político. Tanta, que se le llegó a acusar de conspirar para favorecer la presidencia de Felipe Calderón.
«He sido buen amigo de muchos presidentes. Y jamás he recibido ni una milésima de ayuda de ninguno de ellos. Nunca he tenido un negocio político. La única vez que fui a (Luis) Echeverría a pedirle un favor, me lo negó. Yo quise comprar un avión y necesitaba una licencia que solo podía autorizar el presidente. Y me dijo ‘no hay licencia. ¡Te dije: no!'».
Te presto 20 millones sin preguntar nada
Hijo de María Raña y Venancio Vázquez, hermano de Aurelio, Apolinar, Abel y Mario Vázquez Raña, otro empresario de altura, fallecido en 2015. Mario controló un grupo de más de un centenar de medios de comunicación y presidió la Organización Deportiva Panamericana. Entre los dos hermanos se suponía una ruptura, tras la separación de sus negocios y algún encontronazo público, pero Olegario rechaza que mantuvieran una mala relación.
«La amistad con Mario fue la más grande. Éramos inseparables. En una ocasión me pidió que le dejara 20 millones de dólares y se los presté sin preguntar nada. Nunca estuvimos enojados, como se dijo», zanja el empresario, si bien reconoce que lo desairó en público, en una reunión del Comité Olímpico Mexicano. Allí estaba Olegario en calidad de presidente de la Federación Internacional de Tiro Deportivo y su hermano lo interrumpió cuando iba a intervenir.
«Mario me dijo: ‘¡Cállate, eso no sirve para nada!’. Entonces me puse de pie y le dije: ‘A mí, aunque seas el presidente del Comité Olímpico Mexicano, no me puedes callar’. Me levanté y no volví a ninguna junta».
El avión de Fraga
En la mitología que envuelve a los dos empresarios hay dos hechos memorables. En 1998, Manuel Fraga, realizó un viaje institucional a México. Allí conoció el poderío de Don Mario y de su mansión con setenta guardaespaldas repartidos en 40.000 metros cuadrados de finca amurallada. El viaje de Fraga coincidió con el huracán Mitch, que obligó al fallecido ex presidente de la Xunta a suspender su visita oficial a Guatemala. Sin embargo, los aviones de los Vázquez Raña salieron al rescate para permitir a Fraga desplazarse.
El hombre que perdió 1.700 millones en un día
Menos épico pero más dramático, Don Olegario es en México el empresario que perdió 1.700 millones de dólares en un día. Tras vender el banco estadounidense Merkantile Bank, destinó el dinero a diversas inversiones con elevado riesgo.
«Estando en China, en los Juegos Olímpicos de Pekín, uno de mis asesores me dijo que acababa de perder 100 millones porque el mercado de Estados Unidos se estaba hundiendo». Olegario puso todo a la venta, pero poco después recibió otra llamada: «Señor Vázquez, perdió usted todo».
El sucesor
Pero se repuso del golpe. Los negocios seguían en pie y el dinero volvió a los Vázquez Raña. Al frente del conglomerado está ahora su hijo Olegario Vázquez Aldir, que ya está posicionado entre los más ricos de México, según Forbes.
Olegario, el padre, mantiene su vínculo con Galicia. Tanto que fue uno de los empresarios que tanteó Feijóo para rescatar Novacaixagalicia. En esa inversión también acertó el millonario, pues accionistas como Inveravante, Copasa, Jealsa, Manuel Añón o Hijos de Rivera vieron como su dinero se esfumaba cuando el Frob aplicó la operación acordeón.