Fomento pone un ‘controller’ al sueño urbanístico de Aena
El director general de Enaire deberá aprobar los planes de desarrollo urbanístico que el gestor aeroportuario plantea con especial ambición en Madrid y BCN
Los centenares de miles de metros cuadrados sin edificar que rodean los aeropuertos españoles tienen los días contados. Aena ultima un ‘macroproyecto’ para rentabilizar el espacio con la construcción de hoteles, oficinas y centros comerciales en lugar de las llanuras actuales. No obstante, la voracidad comercial se ha topado con un obstáculo inesperado: el Ministerio de Fomento, que controlará el desarrollo urbanístico de las instalaciones para evitar excesos.
El Boletín Oficial del Estado publicó el pasado 22 de septiembre los acuerdos aprobados por el consejo de administración de Enaire, el gestor del espacio aéreo y organismo que posee el 51% de Aena. El órgano, dependiente de la cartera que lidera Íñigo de la Serna, asintió en delegar en el director general de la entidad, “la competencia de aprobación de los proyectos constructivos de aeropuertos”.
Es decir, Ángel Luis Arias, máximo ejecutivo de la compañía publica tendrá la potestad de dar el visto bueno al sueño urbanístico de Aena. “Nuestra competencia se circunscribe a coordinar los trámites necesarios para asegurar que los proyectos constructivos se gestionan correctamente desde el punto de vista medioambiental”, señalan desde la entidad a Economía Digital.
Enaire puede segar el desarrollo urbanístico de Aena bajo excusas «medioambientales»
El control se basa en la disposición transitoria undécia de la Ley 18/2014. Según el texto, «las funciones en materia aeroportuarias no asumidas por Aena seguirán ejerciéndose por Enaire transitoriamenente hasta su atribución a otro órgano». En cambio, fuentes internas de Aena explicaban que trabajan como si tuviera atribuidas todas las competencias. Su principal accionista supervisará que no sobrepase ninguna línea roja.
El argumento medioambiental no es baladí. La excusa ya sega el crecimiento de los dos grandes aeropuertos de España: Madrid y Barcelona. Los vecinos de la urbanización Santo Domingo llevaron a los tribunales el exceso de ruido de Barajas. Lo mismo hicieron varios ciudadanos de El Prat.
Para explotar la superficie que rodea los aeropuertos surge otro problema añadido: la fauna y flora que los habita. Como explicó Cerodosbé, una especie protegida paralizó durante años la adecuación del dique sur de la T1 barcelonesa, especialmente delicada por su cercanía con el delta del río Llobregat.
Entre el aeropuerto de Madrid y el de Barcelona suman más de 1 millón de metros cuadrados urbanizables
Fuentes de Aena explicaban hace semanas a Economía Digital que el desarrollo urbanístico de los principales centros estaría diseñado en el segundo semestre del 2017. De este modo, planteaban la construcción de hoteles, oficinas y centros comerciales alrededor de los aeropuertos. Especialmente agresiva será la construcción en el aeropuerto de Madrid-Barajas, donde suma 688.000 metros cuadrados, y Barcelona, donde cuenta con 480.000 metros cuadrados.
El cepo añade un capítulo más al enfrentamiento entre el gestor aeroportuario y el Ministerio de Fomento. Si la cotizada busca vías para funcionar como una empresa totalmente privada, el Ministerio lucha por mantener el sello público. Y está claro quién manda. “El acuerdo de proyectos constructivos gestionados por Aena no implica decisión sobre el desarrollo urbanístico en dichos aeropuertos”, añaden desde Enaire. El dueño de los aeropuertos gestiona pero no decide.
Los enfrentamientos entre Fomento y Aena
En los últimos meses el consejo de administración de Aena apenas aprobó resoluciones trascendente. La mayoría de los grandes acuerdos fueron tumbados por el Ministerio. La lista de supuestos agravios es larga. Mientras aprobó la congelación de las tasas a las aerolíneas entre 2017 y 2021, el Gobierno desautorizó el acuerdo del órgano y rebajó el impuesto al ritmo del 11% para el mismo periodo.
La expansión también fue motivo de discusión. El consejo dio el visto bueno la participación del gestor en el concurso de varios aeropuertos brasileños camino de privatizarse. En marzo, la Oficina Económica de Moncloa vetó la candidatura para hacerse con el control de los aeródromos de Porto Alegre, Florianópolis, Salvador de Bahía y Fortaleza por las próximas dos décadas.
Un tercer conflicto nació por el lanzamiento de una opa sobre la compañía de infraestructuras Abertis. Si el órgano se posicionó a favor del asalto impulsado por la ambición de los fondos y del propio Vargas, el Gobierno de Mariano Rajoy declinó la adquisición debido a que obligaría a la privatización del gestor.
Las constantes diferencias acabaron por cobrarse la cabeza de José Manuel Vargas, presidente de Aena hasta el 15 de octubre, que anunció su salida tras no lograr imponer su modelo de gestión en la cotizada.