Finsa eleva sus ventas un 70% en dos años con Portugal y Francia como grandes mercados exteriores
La maderera supera por primera vez los 100 millones de beneficio antes de impuestos en España e incrementa las ganancias en todos sus mercados salvo Irlanda y Polonia
Finsa ha experimentado un fuerte crecimiento en los dos últimos años. Tras el frenazo del Covid, el primer grupo maderero gallego elevó un 34% sus ventas, hasta los 1.119 millones en 2021. Era la primera vez que superaba los 1.000 millones de facturación desde el año 2008, cuando la crisis financiera e inmobiliaria resquebrajó los números del sector. En el pasado ejercicio, la compañía con sede en Santiago lo volvió a hacer. Las ventas se elevaron un 26,8%, situándose en los 1.419 millones. En dos años, los ingresos de la maderera que controla el holding Fincorporativa han engordado un 70% su negocio, consolidándose entre los mayores grupos empresariales gallegos.
Este crecimiento se ha desarrollado en paralelo a una nueva inversión en Teruel para la fabricación de piezas mecanizadas y componentes de muebles de cocina en alianza con la francesa Adeo, dueña de Leroy Merlin. A ese proyecto destinarán 75,2 millones. Del mismo modo, la alianza de la división química del grupo, Foresa, con Iberdrola para producir metanol verde hace pensar en futuros incrementos de facturación una vez se materialicen las plantas previstas en Caldas de Reis y Begonte.
Todo crece: madera, química y energía
El avance de 2022 tiene como contexto el periodo inflacionista, que además de empujar los precios al alza, también incrementó en un 28% los costes. En su Estado de Información No Financiera, la maderera explica que «la primera mitad del ejercicio se ha caracterizado por una elevada actividad en nuestro sector, con tensiones entre la oferta y la demanda, ya existentes el año anterior, y acentuadas por diversas circunstancias relacionadas con los transportes, como los paros convocados en el primer trimestre, el aumento de costes y la escasez de oferta». Contrasta este periodo con un segundo semestre en el que «la presión inflacionista provoca la reducción de renta en los hogares» y, consecuentemente, una merma de consumo en el sector que todavía se prolonga en este 2023.
En este escenario dual, la compañía logró elevar los ingresos en todas las áreas de negocio. De la facturación total, obtuvo 1.102,4 millones de euros de la rama principal, la venta de productos derivados de la madera (895,0 millones de euros en 2021); 254,7 millones de euros en el área química (179,9 millones de euros en 2021); y 61,9 millones de euros en energía (43,8 millones de euros en 2021).
Más de 100 millones de beneficio en España
No es extraño que la cifra de negocio aumente en un periodo de inflación. El problema radica en los márgenes, como está dejando claro el sector de la alimentación a medida que las compañías van presentando resultados. En el caso de Finsa, que en el EINF (como es lógico) no ofrece información sobre márgenes, al menos el resultado de explotación y el beneficio antes de impuestos han ido al alza. El primero alcanzó los 153,4 millones, un 41% más. El segundo se elevó a los 171,4 millones, un avance del 45% respecto al año pasado, aunque son cifras antes de impuestos y de consolidación.
Según la información fiscal que consta en el documento, Finsa se anotó los mayores beneficios en España, su principal mercado, con 104 millones, frente a los 69 millones de 2021. Los principales mercados extranjeros de la maderera son Portugal, donde las ganancias antes de impuestos ascendieron a 48,2 millones; y Francia, donde ganó más de 14 millones. Por encima del millón de euros de beneficio estuvieron las sociedades del grupo ubicadas en Reino Unido, Holanda e Irlanda. Solo en Polonia y México, donde Finsa tiene una presencia testimonial, las cifras fueron a la baja.
A cierre de ejercicio, Finsa contaba con 3.369 trabajadores, 35 más que en el ejercicio precedente. La actividad del grupo se organiza en una decena de plantas ubicadas en Santiago, Padrón, Rábade, Ourense, Coirós, Caldas de Reis, Cella, Ambarés et Lagrave (Francia), Nelas (Portugal) y Gafanha de Nazaré (Portugal). En estas instalaciones se incluyen las de las químicas Foresa (Caldas) y Bresfor (Gafanha de Nazaré) y la que Xilonor, el proyecto que puso en marcha con Goiriz para producir tablero CLT en Coirós.