Ferroglobe encaja su ERTE en Sabón con una caída a mínimos anuales en bolsa

La compañía eleva por encima del 25% su caída en lo que va de año y los analistas vaticinan un recorte de beneficios hasta una quinta parte el año que viene ante un escenario marcado por la escalada de la energía y la caída de la demanda

Marco Levi, CEO de Ferroglobe

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Frenazo para Ferroglobe mientras digiere su expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) en sus plantas españolas. Las acciones de la matriz de Ferroatlántica cerraron la sesión bursátil del viernes instaladas en los 4,62 euros, su nivel más bajo desde hace año y medio (mayo de 2021) en medio de las previsiones de un enfriamiento de sus beneficios.

En apenas unos meses, Ferroglobe ha pasado de acumular una revalorización superior al 50% en lo que iba de año a, por el contrario, cosechar unos números rojos del 25,6% en el parqué.

La puntilla la han dado los resultados del tercer trimestre. Y es que los títulos de Ferroglobe se desplomaron casi un 18% solo en la sesión posterior a su presentación tras quedarse por debajo de las previsiones que manejaban los analistas. Pese a mantenerse de nuevo alejada de números rojos, la compañía vio cómo el descenso de la demanda impactaba en su cifra de negocio, que retrocedió de los 840,8 millones de dólares alcanzados en el segundo trimestre del año hasta los 593,2 millones cosechados entre julio y septiembre.

Este recorte del 29% en el apartado de ingresos se eleva hasta el 45% en el caso de sus beneficios. La firma pasó de ganar 213,2 millones de dólares en el segundo trimestre del año a 118,3 millones en el tercero. «Durante el tercer trimestre hemos asistido a un entorno desafiante como consecuencia de la caída de la demanda y la continua volatilidad de los precios de la energía en Europa», revelaba el consejero delegado de la compañía, Marco Levi, durante la presentación de resultados.

Los expertos vaticinan un frenazo

Los expertos prevén que este entorno desfavorable de mercado persista de cara a 2023. Es por ello que el consenso de mercado recogido por el portal Marketscreener cifra en 483 millones de dólares su estimación de beneficio de cara al año en curso (un resultado histórico), pero, a su vez, vaticina que esta cifra se recorte hasta una quinta parte en 2023.

Para el año que viene se espera que la dueña de Ferroatlántica vea frenadas sus ventas desde los 2.645 millones de dólares previstos para este año hasta los 1.967 millones en 2023, ejercicio al que dará carpetazo, según los expertos, con unas ganancias netas por valor de 95,8 millones.

Ferroglobe, que ha dejado de ser una empresa milmillonaria en el Nasdaq tras reducir su capitalización hasta los 865 millones de dólares, afronta, de esta manera, su ajuste en España en medio de un contexto marcado por la crisis energética y la caída de la demanda.

Ante este escenario, la firma ha reactivado su planta de Polokwane (Sudáfrica), dedicada, al igual que la de Sabón, a la producción de silicio metal. «Durante el tercer trimestre administramos activamente nuestra presencia global de activos mediante la reducción de operaciones en regiones de mayor costo como España y la reasignación de volúmenes a otras geografías”, explicó Javier López Madrid, presidente de Ferroglobe, durante la presentación de resultados.

“Lo hemos hecho y es algo que nos permite reaccionar muy rápido al mercado, anticiparnos en los movimientos del mismo de una manera mucho más ágil. Lo hicimos en Selma, en Alabama, y hicimos en Polokwane, en Sudáfrica. Por el contrario, detenemos la producción en España y durante tres meses en Francia. Y eso es una gran ventaja en el mundo en el que vivimos”, revelaba la firma, que negocia la firma de contratos de suministro de energía a largo plazo (ppa) para alimentar su planta de Arteixo y reactivar alguno de sus tres hornos.

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