Ferroatlántica: imputan al yerno de Villar Mir por el ‘caso Villarejo’
El juez instructor imputa a Javier López Madrid, su socio Rafael Redondo y el excomisario Villarejo por un delito de cohecho contra la doctora Elisa Pinto
La justicia vuelve a estrechar el cerco el máximo ejecutivo de la dueña de Ferroatlántica-Sabón. El titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, ha decidido citar como investigado al presidente de Ferroglobe (dueña de Ferroatlántica), Javier López Madrid, por haber recurrido a los servicios del comisario jubilado y en prisión provisional, José Manuel Villarejo.
El movimiento se produce después de que la defensa de la doctora Elisa Pinto, que acusó al excomisario y al empresario de haber cometido cinco delitos por los que les pedía penas de 22 años de cárcel, propusiese la incoación de diligencias.
Además del excomisario Villarejo y de López Madrid, yerno del empresario Juan Miguel Villar Mir (dueño del 54% de Ferroglobe), el juez García Castellón también imputa a su socio Rafael Redondo en la pieza separada número 24 del denominado caso Tándem que investiga los encargos para espiar a la dermatóloga Elisa Pinto.
La secuencia del caso
El instructor atribuye a los tres la presunta comisión de un delito de cohecho contra la doctora, que en 2014 fue apuñalada en la calle tras haber denunciado acoso sexual, amenazas y agresión por parte de López Madrid.
El juez, en cuyo auto refleja la transcripción de un audio de enero de 2017 en el que Villarejo “reconoce que reclamará a su cliente un pago por compensación a su actuación en el conflicto privado entre Elisa Pinto y el citado Javier López Madrid”, ha atendido la petición de la Fiscalía Anticorrupción. En un informe del pasado mes de octubre, esta aseguraba que “la corrupción que desde hace años habría infectado a un grupo de funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía que aprovechando el manto de protección que le otorgarían sus respectivas condiciones de comisarios, y contando con otros funcionarios policiales de menor nivel que Ies serían incondicionalmente fieles, se habrían convertido en una auténtica mafia policial”.