Ferroatlántica, tras el ERE: “El coste de la energía es inasumible”
La firma se escuda en el elevado precio de la electricidad para justificar el ajuste en sus plantas españolas mediante un ERE
La industria electrointensiva gallega recibe un nuevo golpe. Tras el portazo de Alcoa a sus plantas de A Coruña y Avilés y con el futuro de Isowat en el aire, ahora es Ferroatlántica la que plantea un expediente de regulación de empleo temporal (ERTE) para sus plantas en España. Las factorías de Cee-Dumbría y Sabón serán -junto a las de Cantabria y Huesca- las primeras afectadas por las estrecheces que el propio Pedro Larrea, consejero delegado de su matriz, Ferroglobe, avanzó tras la presentación de resultados del tercer trimestre. “Reducir capital de trabajo, vender activos no esenciales y reducir gastos”, fueron las recetas que deslizó tras declarar unas pérdidas de 2,6 millones de euros. Sin embargo, el ajuste en España tiene para la compañía un culpable más allá de la situación de mercado: el alto precio de la electricidad.
“El coste de la energía en España es casi inasumible”, argumentan desde Ferroatlántica. La electricidad es la principal partida de gasto en la cuenta de resultados y su escalada en los últimos años provoca que esta dé un bocado cada vez mayor a los ingresos de sus plantas, que operan de forma separada a sus centrales hidroeléctricas, según la compañía. España se convierte en el segundo mercado por donde Ferroatlántica pasa las tijeras. El primero fue Estados Unidos, en donde anunció que echaría el cierre a su planta junto a las Cataratas del Niágara. El escenario contrasta con el de Francia. La firma redobló su apuesta por el país galo con la compra de una factoría en Dunkerque a Glencore a finales de 2017 y no parece que vaya a deshacer su posición. Sus siete plantas de ferroaleaciones en el país vecino se libran de los ajustes de España y continuarán operando a pleno rendimiento. “La principal diferencia es que el coste de la energía es mucho más reducido en Francia”, indican representantes de la firma.
Investigación en EEUU
El elevado coste de la energía no es la única carga sobre Ferroglobe, matriz de Ferroatlántica y participada al 55% por el Grupo Villar Mir. El despacho Kaplan Fox avanzó que podría emprender acciones legales contra el grupo por no haber divulgado información clave para los inversores entre los meses de agosto y noviembre. Coincide con un periodo en el que la compañía pasó de registrar un beneficio trimestral de 58 millones de euros a unos números rojos de 2,6 millones de euros.
El despacho estadounidense investiga si la firma podría haber incurrido en algún tipo de infracción por no haber revelado su exceso de inventarios, el descenso en la demanda de sus productos y su bajada de precio durante estos tres meses. Y es que al margen del precio de la electricidad, la compañía está encontrando dificultades para dar salida en el mercado a su producción. Sus ventas cayeron casi un 10% entre el segundo y el tercer trimestre del año, mientras su stock de existencias, por el contrario, engordó un 4,2%. El valor de su producción que todavía no ha salido al mercado ronda ya los 490 millones de euros. La cifra supera, por ejemplo, a los 463 millones de euros que ingresó entre los meses de junio y septiembre.
El traje a medida para la industria electrointensiva
La situación que atraviesan Isowat, Alcoa y Ferroatlántica o la que superó Vestas en León han aflorado de nuevo el problema de costes al que se enfrenta la industria electrointensiva en España. La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, avanzó este martes que espera llevar al Parlamento en el plazo de dos meses el Estatuto del Consumidor Electrointensivo. Lo hizo durante una reunión con representantes de Alcoa en la Delegación del Gobierno en Galicia.
Con este documento se busca crear un escenario de costes más predecibles para las empresas más demandantes de energía y, además, abaratar sus costes.