Ferroatlántica acorta a 14 meses el ERTE en sus plantas de Sabón y Cantabria
Dirección y sindicatos recortan en un año la duración de este ERTE que se ha activado por una crisis energética aún por resolver y por la caída de la demanda del silicio metal
El comité de empresa y la dirección de Ferroatlántica cierran el acuerdo para el expediente de regulación temporal de empleo (ERTE). Las dos partes pactaron este lunes recortar la duración de esta medida a 14 meses. Será hasta diciembre de 2023 cuando se aplique este ERTE que afectará a un máximo de un 75% de la jornada anual de los trabajadores de las plantas de Sabón, Boo (Cantabria) y Monzón (Aragón).
El acuerdo incluye, de esta manera, una rebaja respecto al 90% de la jornada anual que había planteado la compañía, que, además, pretendía aplicarlo hasta diciembre de 2024, tal y como confirman fuentes del comité de empresa de Sabón.
Empresa y sindicatos han rubricado este acuerdo tras su quinta reunión para abordar un ERTE que la compañía justificó por razones de carácter «productivo y organizativo». En este encuentro también se pactó la posibilidad de excedencias voluntarias de mutuo acuerdo y excedencias por el cuidado de menores por 1.200 euros brutos al mes, así como anticipos de las prestaciones por desempleo.
Las tareas pendientes con la energía
En paralelo, el comité de empresa también destaca que se han logrado compromisos por parte de Ferraotlántica para mantener inversiones en la planta. El objetivo es que la factoría de Sabón se encuentre en las mejores condiciones de cara a un futuro reinicio de uno de sus tres hornos.
Estos permanecen apagados desde hace meses como consecuencia de una crisis energética que sigue sin estar resuelta para la multinacional. «Además del problema de la caída de la demanda del silicio metal, la principal cuestión de fondo sigue siendo el precio de la energía», advierten fuentes sindicales.
En este sentido, Ferroatlántica mantiene contactos desde hace meses con empresas del sector energético para explorar la posibilidad de sellar contratos de suministro de electricidad a largo plazo (PPA), sin que todavía hayan fructificado en ningún acuerdo.
Es por ello que desde el comité de empresa de la planta arteixana piden tanto al Gobierno central como a la empresa que muevan ficha para resolver una crisis energética que ha agitado el fantasma de la «deslocalización». «Hay competencia de otros países europeos como Francia o Noruega, que tienen la energía más barata, pero ahora también con Sudáfrica«, revelan fuentes sindicales, en referencia a la reapertura de la factoría de Polokwane, que se perfila como clave para las exportaciones de silicio metal al mercado asiático.