Hércules de Armamento quiere tapar sus pufos con la hipoteca de la concesión
La concesionaria de la Fábrica de Armas de A Coruña solicita permiso a Defensa para hipotecar la concesión y solventar sus problemas económicos
Hércules de Armamento, la concesionaria de la Fábrica de Armas de A Coruña, quema sus últimos cartuchos. Mientras Defensa sigue a la espera de cobrar el canon e investiga los posibles incumplimientos de la adjudicataria, la empresa que gestiona las instalaciones de Pedralonga trata de encontrar una solución a su agónica situación, y no descarta ninguna vía.
Según confirmaron a Economía Digital fuentes de la dirección, Hércules de Armamento ha solicitado permiso al departamento que dirige María Dolores de Cospedal para hipotecar la concesión y así hacer frente a las cuantiosas deudas que arrastra la compañía. Solo así podrían llegar nuevos contratos a la factoría que reactivasen la actividad y evitasen el cierre definitivo de las instalaciones. De momento, apuntan, no han obtenido respuesta.
La alternativa del inversor
Sin embargo, esta no es la única baza que tiene la empresa para darle la vuelta a la situación. Ramón Mejuto, su principal responsable, aún confía en la entrada de un socio inversor. Su llegada permitiría a la firma armamentística regularizar las cuentas con las administraciones públicas, fundamentalmente con la Seguridad Social, y hacerle ver a Defensa la viabilidad de su proyecto.
En cualquier caso, Mejuto reconoce que el remanente de los avales depositados no da para cubrir el pago de la anualidad. Tampoco descarta que el ministerio opte por retirarle la concesión, aunque defiende que «no tiene por qué ser así». Hércules de Armamento no se va a rendir fácilmente. No va a presentar concurso. Tampoco a quedarse de brazos cruzados si las instalaciones de Pedralonga se quedan finalmente sin inquilino.