Endesa vuelve a recibir carbón, a la espera de luz verde para cerrar As Pontes
Los transportistas comienzan a trasladar el carbón desde el puerto de Ferrol a la térmica después del paro que obligó a la compañía a dejar de quemar
El transporte de carbón desde el puerto de Ferrol al parque de Saa, dentro de las instalaciones de la térmica de Endesa en As Pontes, se retoma este jueves, después de que la huelga obligase a la central a dejar de quemar ante la falta de material.
Una vez que la térmica cuente con carbón suficiente en sus instalaciones podría volver a producir energía en el caso de que así lo demande el sistema. Está obligada hasta que el Gobierno dé luz verde a la concesión definitiva de cierre, algo que, estiman, podría producirse antes de finalizar mayo.
A pesar de que hace más de un año que Endesa comenzó a tramitar su cierre en As Pontes, la térmica retomó la quema de carbón ya en el último tercio del pasado año. La entrada en funcionamiento de estos complejos de generación eléctrica (además de en Galicia, EDP también volvió a reactivarse en Cádiz) se produce debido a que el precio de mercado de la energía establece que, a tenor de su coste, este sistema de producción es competitivo. Influye en ello el alto precio alcanzado por el gas.
Dos barcos de carbón a la espera de transporte
El pasado 15 de marzo uno de los grupos de Endesa en As Pontes volvió a reactivarse tras ser reparado. Pasados unos días, al puerto de Ferrol llegó un buque cargado de 82.500 toneladas de carbón. Esa carga debería haber comenzado a ser trasladada por carretera a la central el pasado 21 de marzo, pero el paro en el sector del transporte lo imposibilitó, forzando a la instalación a una parada obligada por la falta de materiales hace casi una semana.
Además, el pasado lunes atracó en Ferrol otro buque con carbón que, en este caso, superaba las 173.000 toneladas. En principio, y según apuntan fuentes relacionadas con la compañía, las últimas que preveía comprar Endesa.
A la espera del Gobierno
Y es que los de José Bogas esperan el plácet del Gobierno para poder abordar el cierre definitivo de su actividad carbonífera en As Pontes. En inicio parece que la luz verde no debería tardar mucho en llegar, aún a pesar de la reactivación del carbón. Esta misma semana, el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó la resolución del Ministerio de Transición Ecológica que aprobaba la declaración de impacto ambiental del proyecto de desmantelamiento de los cuatro grupos de la planta. Es el trámite previo a la concesión de apagado y marca un periodo para las obras de desmonte que podría llegar a los 60 meses, unos cinco años.
Lo cierto es que, en ese periodo de tiempo, se podrían generar más empleos en Ferrolterra ligados a las tareas de desmantelamiento que los que hay en la actualidad derivados de la actividad en la planta. Endesa quiere el cierre y el Ministerio de Transición Ecológica también estaría por la labor a tenor de las declaraciones realizadas este jueves en Ponferrada por la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que apostó por los proyectos industriales que surgirán en los territorios, como Ferrolterra, afectados por la descarbonización, y que serán susceptibles de la recepción de fondos europeos.
La vida después de una térmica
La vicepresidenta presentó precisamente este jueves el proyecto para convertir la antigua central térmica de Compostilla I, también explotada y ya cerrada por Endesa, en un centro multifuncional de la minería.
Se denominará La Térmica Cultura y está previsto que abra sus puertas en 2023, tras una inversión adicional de 1,3 millones de euros para mejorar su entorno. Las obras comenzarán este año para completar la adecuación de un edificio en el que ya se han invertido 21 millones en su rehabilitación completa, según la ministra.
En declaraciones a los periodistas, la vicepresidenta recalcó que el Gobierno está trabajando en la identificación de proyectos «tractores» que permitan acelerar la dinamización de los territorios que se han visto más afectados por el adiós al carbón.