Endesa troceará la central de As Pontes para vender y reutilizar piezas y equipos
La eléctrica pretende dar una nueva vida al equipo y materiales de la central térmica reutilizándolos dentro del grupo o vendiéndolos a terceros
Endesa ha vuelto a manifestar que cerrará la central de As Pontes “a mediados del año 2021”, avanzando en el decidido proceso de descarbonización que ha emprendido la eléctrica para redoblar su apuesta por las renovables, con 23 proyectos de hidrógeno como estrella de su plan. Para la clausura de la última térmica gallega tras el cierre de Meirama faltan al menos dos pasos. Por un lado, terminar el informe económico sobre la viabilidad del uso de biocombustibles en el funcionamiento de la planta, que no es imprescindible para el cierre, pero con el que Endesa se ha comprometido ante Xunta y Diputación de A Coruña a pesar de que ya consideró inviable tal método.
Por otro, y este paso sí que es ineludible, está pendiente de la autorización del Ministerio de Transición Ecológica para la clausura y desmantelamiento de la central que solicitó a finales de 2019. De hecho, el propio presidente de la Xunta pidió el Gobierno que no se autorizara, poco antes de reunirse con la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, en Madrid la pasada semana.
A la espera de que llegue la autorización y se pueda entonces presentar un plan de desmontaje, la compañía que dirige José Bogas ya tiene algunas cosas claras sobre el desmantelamiento de la central de As Pontes. En concreto, tiene todo un proyecto de economía circular para poner en valor los equipos, repuestos y materiales de las cuatro térmicas en proceso de cierre: Compostilla, Teruel, As Pontes y Litoral.
Se trata, en líneas generales, de aprovechar el equipamiento y elementos que componen las centrales para su reutilización en otros centros de generación del grupo o bien para la venta a terceros a través de “empresas especializadas en la comercialización de este tipo de activos”.
Menos impacto ambiental
Así lo recoge en la memoria del ejercicio 2020 la propia Endesa, que destaca la vocación de la compañía por reducir al mínimo el residuo para vertedero. En esta línea, incluso propone la “valorización de equipos y materiales, cuya venta no haya sido posible, como residuos para la obtención de materia prima reutilizable”.
Dicho de otra manera, la compañía se propone tratar los equipamientos sin uso de la central de As Pontes y otros materiales para poder utilizarlos para sus propios desarrollos, incluyendo los proyectos eólicos o de energía solar que tiene en marcha.
“La demolición se hace de forma selectiva, es decir, de forma gradual y coordinada para asegurar el máximo aprovechamiento de los materiales que constituyen el residuo de demolición, minimizando así la fracción destinada a vertedero. Actualmente se está trabajando para que la valorización de los residuos generados esté por encima del 90%”, dice Endesa sobre el proceso de cierre de las centrales.
La gran bolsa de suelo de Endesa en As Pontes
Esta metodología, que Endesa denomina New Life, ya se ha puesto en marcha en otras centrales. En Litoral (Almería), por ejemplo, se trasladaron los catalizadores que minimizan el impacto ambiental a dos centrales de Enel en Itialia: La Spezia y Fusina. En la central de Andorra se utilizarán los alternadores síncronos para la planta fotovoltaica que se va a construir dentro del proceso de reindustrialización de la zona afectada por el cierre.
En el desmantelamiento de As Pontes, además del equipamiento de la propia central, uno de los activos clave es el almacén de carbón, una enorme bolsa de suelo incrustada en la localidad que constituye un activo de especial valor una vez se cierren las instalaciones y se busque uso o compradores a sus componentes.