Ence vuelve a números rojos el año del Covid-19
La compañía con planta en Pontevedra perdió 26 millones de euros en 2020 como consecuencia de la bajada de los precios de la celulosa hasta mínimos históricos
Ence tiñe de rojo su cuenta de resultados como consecuencia del golpe del Covid-19. La compañía ha comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que cerró el ejercicio 2020 con unas pérdidas por valor de 26 millones de euros, unas cifras que contrastan con los 9 millones de euros que alcanzó en beneficios el año anterior.
La pastera con fábrica en Pontevedra ha logrado evitar pérdidas mayores gracias a las plusvalías generadas con la venta de su planta termosolar de Puertollano que le han permitido cerrar su último trimestre del año con ganancias de 15 millones de euros.
Este empujón final ha sido, sin embargo, insuficiente para evitar números rojos en el conjunto del año debido, fundamentalmente, al bajo precio de la celulosa durante el periodo, que se situó en mínimos históricos y que ya ha recuperado más de un 15% de valor desde diciembre, según se desprende de las cuentas de la empresa.
Ence pone el foco en su planta de Pontevedra
La compañía aumentó un 12% sus ventas de celulosa, redujo un 6% sus costes de producción e incrementó un 36% sus ventas de energía renovable en 2020, gracias a las inversiones de su plan estratégico efectuadas en el ejercicio anterior. El resultado bruto de explotación (Ebitda) del negocio de renovables mejoró un 15%, hasta los 60 millones, mientras que el Ebitda del negocio de celulosa se contrajo un 82%, hasta los 14 millones.
Por otro lado, el grupo consiguió reducir su endeudamiento en 378 millones en el cuarto trimestre por la venta de su planta termosolar y la entrada de un socio minoritario en el negocio de energía renovable. Así, la compañía cerró el ejercicio con un endeudamiento neto de 178 millones de euros y más de 540 millones de euros de caja disponible en balance.
La compañía ha defendido la salida de la crisis mediante una «recuperación verde» y ha afirmado que continúa esforzándose en defender la prórroga de su concesión en la planta de Pontevedra hasta 2073 a pesar de nuevas amenazas como la nueva Ley de Cambio Climático, que contiene un artículo que, de salir adelante, implicaría su cierre en 2033. Según el grupo, la planta gallega genera más de 5.000 puestos de trabajo directos e indirectos.