Empresas gallegas preparan querellas por los sabotajes al transporte
La Cooperativa de Armadores de Vigo asegura que están tirando el pescado y que los paros se extienden en la flota del cerco y el Gran Sol por los costes del combustible; estiman que se pierden dos millones diarios
Cuatro días de huelga de transporte y los disparatados precios de los combustibles están poniendo contra las cuerdas a la flota gallega, donde se extienden los amarres especialmente entre los barcos del cerco y el Gran Sol. Los armadores de Vigo advierten que el efecto combinado de los costes y de la “huelga salvaje del transporte” tiene al sector mar-industria al límite y está provocando peticiones de desguace.
“Se ha triplicado el precio del gasoil marítimo, de 0,3 euros a un euro. Es un incremento inasumible”, dice Javier Touza, presidente de Arvi, quien alerta también del encarecimiento de insumos del petróleo, que afecta al cartón y al plástico. A esta situación se ha sumado una huelga de transporte “salvaje” y “violenta”, a juicio de Touza, que está impidiendo que el pescado fresco se distribuya.
De hecho, “las empresas ya están preparando la presentación de querellas criminales”, según avanza Arvi.
El mapa de los sabotajes
Touza hizo una radiografía de los sabotajes al transporte, explicando que no hay problemas de carga en los puertos sino a mitad del trayecto, en puntos calientes como Benavente, la entrada de Mercamadrid o la frontera con Portugal. “Este jueves tiramos pescado”, aseguró.
Según su relato, el producto llega a las lonjas, pero no hay subasta porque no se puede distribuir. “Se vende en el mercado local pero no es suficiente para absorber la oferta”, apunta.
Estiman que las pérdidas en la cooperativa de armadores de Vigo ascienden a los dos millones diarios, pero las dificultades son generales. Las flotas están paradas en puertos muy importantes como Burela, Celeiro, Vigo o A Coruña, especialmente en la flota cerquera y la del Gran Sol.
Bajada de impuestos y ayudas
Touza reclama al Gobierno central un paquete de medidas bajo la advertencia de que España está perdiendo su “soberanía alimentaria” y de que las empresas no aguantarán esta situación.
La primera es que las “fuerzas de orden público” paren los “sabotajes al transporte”; la exoneración de cuotas a la Seguridad Social; la supresión de tasas portuarias; una bajada del IVA al pescado; topar el precio del gasoil; reducir los impuestos especiales a la energía y, finalmente, dos líneas de ayudas, una para paradas temporales y otra en forma de financiación ICO.