Empresarios del franquismo y el chavismo se asocian para crear un banco
Alejandro Betancourt y Francisco D'Agostino, que ganan casi todos los grandes contratos eléctricos en Venezuela, abren una entidad en Senegal con Alberto Cortina (ACS) y su hijo Pelayo Cortina Koplowitz para captar las fortunas africanas
Los empresarios mejor tratados por el chavismo, una pareja de jóvenes que han ganado 12 de las 14 grades licitaciones para la construcción de plantas eléctricas en Venezuela, Alejandro Betancourt y Francisco D’Agostino, se han asociado con Alberto Cortina (hijo del empresario y diplomático franquista Pedro Cortina y propietario del 12,5% de ACS) y su hijo Pelayo Cortina Koplowitz para la creación de un entramado financiero en Luxemburgo que acaba de abrir un banco en Senegal.
La red empresarial hispano-venezolano moverá los hilos del Banco de Dakar (BDK), que tiene la intención de operar en los países de la Unión Monetaria y Económica del África Occidental, compuesta por ocho Estados (Benín, Burkina Faso, Costa de Marfil, Guinea Bisau, Malí, Níger, Senegal y Togo). La pareja de empresarios que han sorprendido a toda Venezuela por su capacidad de ganar casi todos los grandes contratos eléctricos otorgados por los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro serán clave en el desembarco de la nueva entidad.
Grandes inversiones públicas
Los beneficiados del chavismo, que han acumulado riqueza con velocidad pasmosa, y los Cortina, cuya fortuna se remonta a la fundación de la cervecera San Miguel, son viejos amigos. Cazan juntos en la finca de El Alamín, que perteneció al expresidente de la patronal Gerardo Díaz Ferrán, y se asociaron para asaltar la petrolera canadiense Pacific Rubiales.
Pero el gran negocio entre ambas familias será el Banco de Dakar, que pretende participar en las grandes obras públicas de la región y que ha nombrado como presidente ejecutivo a Vasco Duarte-Silva, un directivo portugués que tuvo altas responsabilidades en el Banco Santander.
El banco ya tiene en la mira el plan estratégico de desarrollo del país que prevé la construcción de grandes proyectos de energía, infraestructuras y desarrollo agroalimentario. «BDK tomará una parte significativa de las emisiones de valores del Tesoro de Senegal. Como actor en el sistema financiero, esperamos participar en los proyectos estratégicos», explicó el directivo portugués al diario senegalés Jeune Afrique. «La aplicación de ese plan de desarrollo requerirá un mayor uso de las emisiones de deuda en el mercado. Junto a los inversores regionales e internacionales», añadió.
Compañeros de caza
Los Cortina acudieron a pedir personalmente los permisos gubernamentales para abrir el negocio y mantuvieron una reunión con el presidente senegalés Macky Sall. La entidad pretende especializarse en banca privada y banca de inversión, es decir, quiere captar como clientes a las grandes fortunas de la región. Más adelante, también comenzará a gestionar la deuda de los Estados.
Además de compañeros de caza, a los venezolanos y los Cortina también los une el haber pasado por el trago amargo de las demandas judiciales. Cortina fue condenado el año pasado a pagar más de 10 millones de euros más intereses a los socios minoritarios de Urbanor por la estafa en la operación inmobiliaria de las torres KIO en Madrid. Aunque su culpabilidad se ha demostrado en los tribunales, se libró de la cárcel. Los empresarios venezolanos también fueron demandados por crimen organizado, conspiración, fraude electrónico y difamación en Estados Unidos. Pero el resultado ha sido completamente diferente: un juez federal desestimó la demanda al no considerarse competente para juzgar a unos ciudadanos venezolanos.
Capital de El Corte Inglés y Kiss FM
Pero al banco africano también se ha sumado el apoyo económico de otros dos socios notables. El primero de ellos es el de César Álvarez, hermano de Isidoro Álvarez, que capitaneó hasta su fallecimiento a El Corte Inglés.
Álvarez levantó la empresa Induyco, el primer fabricante de ropa para El Corte Inglés que presidió hasta su absorción en 2012. Trabajó duro para levantar su emporio como Blas Herrero, el lechero que ahora también es dueño de Kiss FM y que fue acusado por pagar sobresueldos a un alto cargo de SGAE.
Los seis inversores pretenden conquistar África, un continente con gran potencial y cuyos dirigentes políticos están encantados de recibir inversiones millonarias extranjeras. En esos países, los empresarios podrán moverse como pez en el agua. Siempre han sabido cómo conectarse, a quién llamar, cómo convencer a hombres de poder y a los gobiernos. Es probable que regresen aún más millonarios después de hacer las Áfricas.