Elecnor cambia el chip aeroespacial con la venta de sus satélites Deimos
El comprador, la canadiense UrtheCast, hace un hueco a la energética vasca de Neguri en el programa 'Constellation', los satélites de observación óptica y de radar de la Tierra
Elecnor, el discreto grupo energético controlada por las históricas adineradas familias del barrio de Neguri, en el municipio vizcaíno de Guecho, acaba de dar un volantazo a uno de sus negocios residuales, el de la actividad aeroespacial.
Lo hace embolsándose 74 millones de euros por la venta de sus satélites Deimos a la canadiense UrtheCast, compañía tecnológica con sede en Vancouver que ha desarrollado la primera señal de video ultra high definition de la Tierra transmitida desde el espacio a todo color.
Más lucrativo, a medio y largo plazo
El objetivo de esta operación se enmarca en una estrategia a medio y largo plazo, que se espera mucho más lucrativa para los intereses del grupo vasco, gracias a la alianza alcanzada con la empresa norteamericana para convertirse en socio estratégico de su programa ‘Constellation’.
Se trata de la primera constelación completamente integrada de satélites de observación de la Tierra, tanto ópticos como de radar. Estos satélites volarán en formación en grupos de dos, uno óptico y otro radar, proporcionando capacidades únicas de observación simultánea. Este sistema tendrá también la capacidad de generar vídeos de alta resolución desde el espacio.
El centro de Puertollano
De esta forma, Elecnor, la empresa presidida por Fernando Azaola, además de ingresar esos 74 millones, se asegurado colaborar en las áreas de control de misión de este programa, así como en las estaciones terrenas para recibir datos, análisis de misión y dinámica de vuelo, y la integración de la carga de pago de los satélites radar en la sala limpia del Centro de Integración y Operaciones de Satélites de Elecnor en Puertollano (Ciudad Real).
Deimos 1, puesto en órbita por Elecnor en julio de 2009, fue el primer satélite español de observación de la Tierra y el primero europeo de iniciativa. En ese momento, muy innovador, al proporcionar imágenes con un ancho de barrido de 650 kilómetros, que quedó obsoleto hace un año cuando la eléctrica vasca puso en servicio Deimos 2. El nuevo satélite de muy alta definición, 30 veces superior a Deimos 1 gracias a una cámara de 75 centímetros de resolución y una capacidad de 150.000 km²/día.
Para la integración y posterior control de Deimos 2, Elecnor ha invertido cerca de 8 millones de euros en adecuar el complejo tecnológico de Puertollano, inaugurado en 2013. Lo que aquí hace la empresa vasca es procesar la información recibida desde los satélites hasta convertirla en un producto final, que se entrega en menos de 2 horas a los clientes, principalmente empresas y gobiernos.
Sucesión de alianzas
No ha sido la de UtherCast la única alianza estratégica alcanzada por Elecnor en los últimos meses. Un par de ellas han puesto sobre la mesa la diversificación de las vías de financiación que, a través de estos acuerdos, pretende llevar a cabo.
La alcanzada con el grupo holandés APG para el desarrollo conjunto de nuevos proyectos de transmisión de energía en Latinoamérica o la cesión de su filial Enerfin al fondo canadiense Eolectric Club Limited Partnership del 49% del complejo eólico de L’Érable, en el Estado de Québec.
Financiación bajo control
Para sus cuantiosas inversiones tecnológicas, Elecnor requiere de aportaciones financieras relevantes cada vez que se embarca en un proyecto. Un endeudamiento que pasó por ciertos periodos delicados hasta hace un año, cuando firmaron un nuevo préstamo sindicado por 600 millones de euros, y con vencimiento en julio de 2019.
El anterior, de 2012 y del que quedaban pendientes de amortizar 401 millones, había sido suscrito en unas condiciones que no permitieron aprovechar en todo momento los cambios financieros, tanto para mantener controlados los costes financieros como para asegurar un nivel óptimo de límites.
Al margen de este sindicado principal, Elecnor ha buscado un complemento a las líneas de crédito bilaterales para financiar operaciones a corto plazo. Lo hizo en marzo de 2014 con la emisión de pagarés de empresas, inicialmente con un límite de 100 millones de euros, y posteriormente ampliado a 200, y que permite emitir hasta a 24 meses. En marzo de 2015 se ha renovado por un año más.