El valor de las acciones de Alcoa se multiplica por seis en poco más de un año

La acción de Alcoa, la dueña de factoría de San Cibrao, cerró la sesión del lunes en la bolsa de Nueva York a 36,03 dólares. Impulsada por la subida del precio del aluminio y por los sólidos resultados presentados la semana pasada, los correspondientes al primer trimestre de su ejercicio fiscal, la cotizada tocó su techo en lo que va de año. El grupo aluminero insiste en España en que la situación de la factoría de Cervo sigue siendo deficitaria y que, previsiblemente, acabará el ejercicio, de nuevo, en números rojos. Sin embargo, lo cierto es que, a nivel global, la compañía ha experimentado una notable recuperación desde el batacazo que supuso la irrupción del coronavirus, en marzo del año pasado.

La foto fija de la evolución en el mercado de Alcoa es esta: la compañía presidida por Roy Harvey cerró la sesión del lunes con la acción a 36,3 dólares. Hace exactamente un año, el 20 de abril de 2020, el título se intercambiaba a 7,45 dólares. Un mes antes, el 20 de marzo del año pasado, con la pandemia del Covid colapsando la economía mundial, la acción se derrumbó hasta los 5,48 dólares. Estes martes, no obstante, después del rally alcista de la pasada semana, el valor de la acción cayó un 8,47% hasta los cerca de los 33 euros (32,98). Aún con el batacazo de la pasada jornada, con respecto a marzo de 2020, hace 13 meses, el valor de Alcoa en bolsa se ha multiplicado por seis.

Capitalización bursátil

La recuperación de Alcoa, que en estos momentos negocia con el Gobierno central el traspaso de la última factoría de aluminio primario en España a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), se cimenta sobre el ascenso de la demanda y de los precios del aluminio. Hace un año, el precio de la tonelada de aluminio, según la Bolsa de Metales de Londres, el mayor mercado del mundo en opciones y contratos de metales no ferrosos, estaba en 1.580 dólares, mientras que este lunes se marcaba en 2.331 dólares.

El 28 de mayo del pasado año, cuando la compañía anunció su intención de iniciar un periodo no oficial de consultas con los trabajadores de A Mariña con el objetivo de poner en marcha un ERE que afectaría a más de 500 trabajadores de forma directa, la acción cotizaba a 9,48 dólares. La capitalización bursátil del grupo, es decir, el valor que los inversores le otorgaban entonces al grupo aluminero no llegaba a los 2.000 millones de dólares. En la actualidad, supera los 6.000 millones.

Lejos de los datos de 2017

Durante la pasada semana, la acción de Alcoa experimentó un considerable rebote aupada por sus buenos resultados trimestrales, que eran ya esperados por los analistas. La compañía firmó su mejor resultado trimestral desde 2018, con un beneficio de 146 millones de euros, un 119% más, y un crecimiento de ingresos de un 20%. La compañía espera un 2021 “sólido”, basado en la recuperación económica continua y una mayor demanda de aluminio en todos los mercados finales. “El segmento de aluminio de la compañía prevé un crecimiento de dos dígitos en las ventas interanuales de productos de valor agregado”, apunta la firma en la nota de prensa remitida a los medios.

No obstante, la realidad es que, al margen de la espectacular recuperación vivida en los últimos meses, Alcoa está muy lejos de las cotizaciones que manejaba en los últimos años. A finales de 2017, la acción rozaba los 60 dólares.

Siguen las negociaciones

Con estas cifras sobre la mesa, la multinacional con sede en Pittsburgh negocia con el Gobierno español el futuro de San Cibrao. Se espera que esta semana ambos actores aporten más información sobre el estado de las conversaciones. Desde el comité de empresa demandan al Ejecutivo central mayor transparencia, así como voluntad para poder cerrar cuanto antes el traspaso y asegurarse un inversor estable para el futuro (la compañía británica Liberty House despierta dudas ante la situación de su matriz, GFG Alliance, tras la quiebra de su principal financiador).

A Alcoa le demandan que rebaje sus pretensiones a la hora de negociar una salida para la planta, especialmente en lo que tiene que ver con la solicitud de una cláusula de indemnidad, para evitar futuras reclamaciones o demandas. Los americanos aseguran que están dispuestos a vender el activo por un euro y comprometer una cantidad de dinero, pero si se asegura el blindaje.