El único transgénico que se cultiva en Europa tiene los permisos caducados desde 2008
El maíz MO810, patentado por Monsanto, fue autorizado bajo la vieja normativa comunitaria de alimentos transgénicos. Una portavoz de la Comisión Europea minimiza el incumplimiento al alegar que el maíz transgénico sólo representa el 1,5% del cultivo europea
El maíz MO810 de Monsanto, el único producto transgénico con autorización para ser cultivado en Europa, tiene los permisos de la Comisión Europea caducados. La multinacional estadounidense cuenta con una autorización expedida en 1998 y que venció en 2008. Desde entonces, el maíz adulterado se cultiva bajo los parámetros anteriores a la directiva 18/2001 que regula el cultivo de productos transgénicos dentro de la Unión Europea.
La renovación de las autorizaciones de los productos transgénicos tiene como propósito evaluar nuevos estudios de impacto para la salud humana y para el medio ambiente que ocasionan los alimentos producidos por alternaciones genéticas. La Comisión Europea informa en su propia web que el la renovación del permiso «está en curso». El maíz MO810 genera una toxina que lo hace inmune a las plagas, pero las asociaciones ecologistas aseguran que los estudios científicos no han valorado de forma exhaustiva las consecuencias a largo plazo en la salud.
La Comisión Europea establece que, mientras que no se aprueben las renovaciones para los productos transgénicos, las empresas favorecidas con los permisos podrán seguir produciendo los alimentos modificados. La rendija legal permite a Monsanto seguir comercializando el maíz transgénico con los permisos caducados. La Comisión Europea minimiza el limbo legal y alega que el maíz transgénico de Monsanto apenas representa el 1,5% del maíz cultivado en toda Europa, según ha explicado a Economía Digital una portavoz de Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea.
Las plagas resistentes
«Los permisos a Monsanto son anteriores a la nueva normativa europea sobre transgénicos. Desde entonces hay muchos estudios científicos que han demostrado efectos perjudiciales del maíz transgénico. La mayoría de los informes inciden en que las plagas se han vuelto inmunes a la toxina fabricada por el propio maíz», explica Luis Ferreirim, responsable de la campaña de Agricultura de Greenpeace.
Sólo cinco países en Europa cultivan el maíz transgénico. En la cabeza de la lista se encuentra España que lidera el cultivo del polémico maíz en los campos de Aragón. El otro alimento que contaba con autorización para la producción en Europa, la patata Amflora, concebida para producir enormes cantidades de almidón para producir papel, perdió los permisos por decisión de el Tribunal de Justicia Europeo que sentenció que la Comisión incumplió el procedimiento legal al conceder los permisos a la multinacional química BASF.
Nuevas variantes
Las organizaciones ecologistas y las asociaciones de consumidores contrarias al maíz transgénico aseguran que las pruebas realizadas por el fabricante se limitan a estudiar las consecuencias del consumo de maíz transgénico en ratones de laboratorio durante tres meses. «La vida de un ratón es de dos años, con lo cual el tiempo del estudio es muy limitado», Ferreirim.
España forma parte de los países impulsores de los alimentos transgénicos, una política que no ha variado en los gobiernos de José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy. Además del maíz de Monsanto, otra multinacional intenta colocar su variedad transgénica en Europa. Se trata de Pioneer y su maíz 1507, resistente al taladro y al glufosinato, un pesticida considerado altamente tóxico.
Además de los permisos de producción, Europa permite la venta de 65 productos transgénicos, la mayoría soja, maíz y remolacha. La Comisión Europea sostiene que todos los transgénicos autorizados son seguros para la salud.