El rescate de la SEPI impide a Ferroatlántica liquidar o cerrar su fábrica y minas gallegas

Las garantías acordadas obligan a Ferroatlántica, que acaba de anunciar un ERTE en Galicia y Cantabria, a invertir en la fábrica de Sabón, pero son ambiguas respecto al empleo

El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, y el vicepresidente primero, Francisco Conde, en la fábrica de Ferroatlántica en Sabón junto a Javier López Madrid, yerno de Villar Mir y primer ejecutivo de Ferroglobe

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Ferroatlántica ha comunicado a la plantilla que negociará un ERTE en las fábricas de Sabón (A Coruña) y Boo (Cantabria) debido al elevado precio de la energía, que ya ha provocado que la compañía apague el último de los tres hornos de su planta gallega, ahora sin actividad industrial. El fabricante de silicio metal y ferroaleaciones está pagando entre 250 y 300 euros MW/h, demasiado para mantener las instalaciones a pleno rendimiento sin incurrir en pérdidas, según fuentes sindicales.

La medida no sorprende en un contexto de crisis energética y en una empresa electrointensiva, aunque parece entrar en contradicción con algunos acontecimientos previos. Ferroglobe, controlada por el grupo de Villar Mir y dueña de Ferroatlántica, presentó en el primer trimestre del año un beneficio de 150 millones, el triple que el trimestre anterior; un ebitda de 241 millones, un 180% más; y unas ventas de 715 millones, con un incremento del 26%. A comienzos de junio anunció una inversión de 4,2 millones en Sabón para proyectos de innovación, coincidiendo con la celebración del 50 aniversario de la planta. Y, lo más llamativo, consiguió financiación del fondo de rescate de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), 34,5 millones de financiación concedidos hace apenas cinco meses.

¿Se puede hacer un ERTE tras el rescate?

La inyección de la SEPI, estructurada en un préstamo participativo de 17,6 millones y otro ordinario de 16,9 millones, lleva aparejadas una serie de garantías y requisitos que podrían poner en duda las medidas que planea adoptar Ferroatlántica. Sin embargo, el acuerdo firmado por el vicepresidente del grupo público, Bartolomé Lora, y que Ferroglobe ha remitido a la SEC, no hace alusiones directas al mantenimiento de la actividad o la plantilla, ni tampoco a figuras de regulación laboral como el ERE o el ERTE que plantea la compañía.

Simplemente se expone que será motivo de incumplimiento y, por tanto, de vencimiento del acuerdo «la adopción de medidas laborales que afecten sustancialmente a los términos del plan de viabilidad». Cabe recordar que Ferroatlántica no ha planteado despidos, sino abierto la posibilidad de negociar en septiembre un ERTE para aliviar los costes en los que incurre por los altos precios de la energía. Esta actuación no tiene por qué contradecirse con el plan de viabilidad.

Ni vender ni liquidar Sabón

La planta de Arteixo es la última que conserva Ferroatlántica en Galicia después de traspasar las factorías de A Costa da Morte al fondo TPG en 2019, que rebautizó el complejo industrial bajo el nombre de Xeal. Y así continuarán las cosas si quiere cumplir los requisitos impuestos por la SEPI, que prohíben la venta o la liquidación de las instalaciones de Sabón.

Con carácter general, una de las cláusulas del acuerdo señala que Ferroatlántica no podrá vender, ceder, enajenar o arrendar activos o derechos futuros de propiedad por un importe individual o acumulado a lo largo del año de más de un millón de euros. Además, especifica que aquellos activos sometidos a garantías no podrán ser transferidos hasta que se devuelva el préstamo.

Es el caso de la fábrica gallega, cuyos activos están valorados en 5,8 millones. El Estado se reserva derechos sobre el inventario, los créditos e incluso los derechos de emisión de CO2. Además, obliga a Ferroglobe a invertir en la planta para eficiencia energética, reduciendo un 10% del consumo, y a firmar un PPA (acuerdo a largo plazo de suministro) que cubra al menos el 10% de la energía que consume la factoría.

Del mismo modo, el documento explica que la compañía debe abstenerse de realizar cualquier procedimiento tendente a la liquidación, escisión, fusión, absorción, de la empresa.

Las minas de Villar Mir

La SEPI también veta la posibilidad de que Ferroatlántica pueda traspasar las concesiones mineras del grupo. Ferroglobe cuenta con cuatro explotaciones en suelo gallego: Conchitina, Esmeralda, Sonia y Serrabal. En un comunicado, el comité de empresa había señalado la ironía de que, con la fábrica parada, el producto de las minas gallegas se utilice para producir fuera, en factorías de Francia o Noruega.

El acuerdo incluye otras limitaciones de carácter amplio, como mantener la propiedad del grupo, nombrar un auditor autorizado por el propio Estado o límites a los bonus del director financiero y consejero delegado, Javier López Madrid, yerno de Villar Mir que fue condenado en el caso de las tarjetas black.

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