El proyecto de Manuel Jove de 240 millones en México se tambalea
México modifica sus proyectos de intercambiadores de transporte y pone en peligro la construcción de un edificio de 40 plantas en la obra de Inveravante
El gobierno de Ciudad de México, la mayor urbe de habla hispana del mundo, tiene la lupa puesta sobre el macroproyecto que el empresario coruñés Manuel Jove desarrolla a través de Inveravante: el Centro de Transferencia Modal (Cetram) de Chapultepec, presupuestado en 240 millones de euros. En la actualidad, las obras, cuyo principal objetivo es realizar un intercambiador de transporte, se encuentran paralizadas, ya que el Ejecutivo tiene en proceso de revisión y modificación no solo este proyecto sino otros seis más de similares características adjudicados por la anterior administración.
Si bien desde Inveravante no hacen declaraciones sobre el tema, lo cierto es que la prensa mexicana indica que la intención del Gobierno de Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de Ciudad de México desde diciembre de 2018 y muy ligada en su trayectoria política al actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, es no solo la de introducir cambios en el proyecto adjudicado a Inveravante, sino también eliminar una de las partes del mismo: una torre de oficinas de 39 pisos.
¿Unas consulta pública para repensar el proyecto?
Hace unos días, medios aztecas como El Universal indicaban que la intención del Ejecutivo de Ciudad de México pasaba, además de por eliminar del proyecto final la construcción del gigantesco inmueble, porque la propuesta integral sea sometida a una consulta vecinal, con los correspondientes cambios que puedan derivar de este proceso.
Precisamente, el pasado diciembre el Gobierno de Sheinbaum hizo pública la intención de someter a un proceso de consulta pública cualquier obra o desarrollo inmobiliario de gran escala. Los cambios en el millonario proyecto de Chapultepec, así como la posibilidad de que se elimine de un plumazo la construcción del edificio de 40 plantas contenido dentro del proyecto original, podrían impactar en Inveravante. Si bien desde el grupo de Manuel Jove no se hacen declaraciones sobre este tema, fuentes empresariales indican que los cambios en el proyecto, en todo caso –y teniendo en cuenta que Inveravante mantiene la adjudicación del proyecto– , “deben estar sujetos a principios de seguridad jurídica”. Lo que se da por descontado es el que el grupo coruñés tendrá que negociar con el Ejecutivo de Ciudad de México para llegar a un acuerdo sobre las modificaciones del proyecto y los perjucios que estas pudieran acarrearle.
Mucho más de que una obra de movilidad
Adjudicado hace más de un lustro a Inveravante y BBVA Bancomer, las obras aparejadas al centro de transferencia modal de Chapultepec iban mucho más allá de un mero intercambiador de transportes. Además de levantar el complejo, los adjudicatarios se quedarían con 44 años de concesión para la explotación del centro de transportes. Presupuestado en 240 millones de euros, el proyecto inicial incluía también la construcción de un hotel de siete plantas, una torre de oficinas de 39 pisos (a la que siempre se ha mostrado contraria la actual gobernadora), un aparcamiento subterráneo y una zona comercial. En resumen, un desarrollo urbanístico en toda regla.
El proyecto inicial disgregaba la obra en tres fases: durante las dos primeras se acometería la construcción del intercambiador de transporte y la urbanización del entorno con, por ejemplo, instalaciones para el estacionamiento de hasta 500 bicicletas. La tercera fase del proyecto solo se podría iniciar cuando estuviesen acabadas las actuaciones anteriores y comprendía la construcción de un inmueble comercial de tres niveles, el hotel, el inmueble de oficinas y el parking.
Cara y la cruz de los negocios de Jove en México
El intercambiador de Ciudad de México no es el único macroproyecto de Inveravante en tierras aztecas. En San Felipe, zona bañada por el Golfo de California, cocina desde años el macrocomplejo de lujo Marinazul Golf & Resort. Al contrario de lo que ocurre con la obra de Chapultepec, este desarrollo urbanístico cuenta con el apoyo total de las autoridades, que lo consideran «prioritario» para la reactivación económica de la zona.
El complejo proyectado tiene una extensión de 1.200 hectáreas y una superficie total de 1,6 millones de metros cuadrados edificables para usos residenciales y terciarios. Contará con hoteles, áreas residenciales y de recreo y zonas comerciales y deportivas, con campos de golf y ecuestres. La obra proyectada consiste, además, en la construcción de dos marinas, una interior con áreas de servicio en la zona contigua al desarrollo turístico-residencial y otra exterior, separada de la costa en forma de isla y conectada a la marina interior.