El presidente de Infraestructuras de Cataluña reclama silencio y «resistencia» a sus directivos
Joan Lluís Quer, imputado en una causa relacionada con la ACA, reúne a la cúpula de la empresa pública para prepararla ante nuevas investigaciones
Sala de reuniones de la planta del edificio donde se encuentra Infraestructuras de Cataluña, la empresa de la Generalitat que se encarga de las adjudicaciones públicas. Se trata de la antigua Gisa, la todopoderosa empresa de la que dependen los contratos que se adjudican a las diferentes empresas, en su mayoría constructoras.
Su presidente, Joan Lluís Quer, convoca a la cúpula directiva, unas quince personas. Fue este lunes, un día antes de la macro operación policial que registró el domicilio del ex presidente Jordi Pujol, pero, principalmente, un día antes de que se abriera la caja fuerte que el segundo de Quer, Josep Antoni Rosell –director general de Infraestructuras.cat—había entregado a un presunto amigo.
Hasta 80.000 euros en efectivo
En esa caja, que Rosell había dejado a un amigo, tras los registros en la fundación de Convergència, CatDem, del pasado mes de agosto, se encontraron 80.000 euros en efectivo. El juez que investiga el caso abrió la caja fuerte y dos maletines con documentación en presencia del propio Rosell, que está en libertad con cargos, y que fue uno de los doce detenidos la pasada semana por el conocido como caso del 3%, el porcentaje que supuestamente cobraba Convergència a las empresas a las que, previamente, se habían adjudicado contratos públicos.
Quer necesitaba explicarse. Y lo hizo ante los principales directivos de Infraestructuras, todos ellos con sueldos altos, de los más importantes de la administración catalana. El propio Quer, es el alto cargo mejor pagado, con 150.549 euros, por delante del propio Artur Mas.
Un mensaje como el de Rajoy
Según fuentes conocedoras de la reunión, el presidente de Infraestructuras les pidió que tuvieran capacidad de «resistencia», ante lo que puede llegar en los próximos días y semanas, y que fueran discretos ante la presión que se les viene encima.
Las mismas fuentes señalan que no hubo mucho entusiasmo tras sus palabras, y que el ambiente en toda la empresa pública, entre la plantilla, de unas 130 personas, está muy «enrarecido». Hubo quien comparó las palabras de Quer con las de Mariano Rajoy, cuando, a través de un sms le dijó al ex tesorero del PP, Luis Bárcenas: «Sé fuerte Luis».
Se trata de personas con alta formación, en su mayoría ingenieros y economistas, que han vivido en los últimos años una situación muy complicada. Las mismas fuentes recuerdan que la plantilla ha sufrido «hasta cuatro ERE» en las dos últimas legislaturas, contando con la última del tripartito, y que eso ha generado un clima de división, porque «la cúpula directiva apenas ha sufrido una reducción de sus salarios».
Que no cunda el pánico
Quer, muy distante con los trabajadores de la plantilla de Infraestructuras, está imputado en un caso relacionado con la Agencia Catalana del Agua (ACA) por malversación de fondos públicos en una adjudicación millonaria. Una empresa de Quer, ex gerente del ACA, se benefició, presuntamente, con un contrato de 7,6 millones de euros, justo después de abandonar el cargo.
Hubo irregularidades que detectó la Sindicatura de Cuentas de la Generalitat, que provocó la denuncia de la propia administración pública, pero ésta, después, aseguró, curiosamente, que no se sentía agraviada.
Ahora, Quer trata de impedir que cunda el pánico entre el personal de la empresa pública, e insiste en que se trata de una operación policial que no tiene fundamento.
Los directivos, por ahora, resisten. Pero la preocupación entre los trabajadores es enorme. Pueden ser llamados a declarar, y la empresa, en su conjunto, ha comenzado a temblar. Las actuaciones de Rosell y del propio Quer han creado muchas sospechas.