El presidente de Enresa adjudica una obra de 3 millones a Florentino Pérez antes de irse
La Sepi releva a Gil-Ortega para evitar más adjudicaciones en las dos semanas que podía seguir en el cargo. Le sustituye Juan José Zaballa, hasta ahora director general de Paradores
Francisco Gil-Ortega, el dimitido presidente de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa), quería dejar las cosas atadas y bien atadas antes de abandonar definitivamente el cargo a finales de febrero. Pero la Sociedad Española de Participaciones Industriales (Sepi), propietaria de la empresa pública, se lo ha impedido.
Nada más conocer que sus días al frente de Enresa estaban contados, la primera reacción de Gil-Ortega fue echar mano de los expedientes pendientes para acelerar las adjudicaciones. Actuó rápido. En 24 horas le dio tiempo a dar el visto bueno definitivo a dos contratos antes de que, ante esta maniobra, la Sepi reaccionara buscándole de manera urgente un sustituto.
Salida fulgurante
Así pues, el jueves 12 de febrero ha sido el último en el que Gil-Ortega pudo entrar en la sede de Enresa, en la madrileña calle de Emilio Vargas. Allí se enteró que debería recoger sus pertenencias personales para que el sillón de la presidencia lo ocupara desde ya Juan José Zaballa. El hasta ahora director general de Paradores, persona de confianza del ministro de Industria, José Manuel Soria.
El primero de esos contratos acelerados por Gil-Ortega fue adjudicado el pasado martes, el mismo día que fue anunciada su dimisión. Casi 180.000 euros a la UTE formada por las ingenierías Eptisa, Ghesa y Técnicas Reunidas para realizar trabajos de inventario y análisis del combustible gastado en las centrales nucleares españolas.
Moncobra, empresa de ACS
El otro, mucho más jugoso, de casi 3 millones de euros, se otorgó un día después. Fue a parar a otra unión temporal de empresas encabezada por Moncobra, filial de Cobra, la cabecera del subholding industrial del Grupo ACS, presidido por Florentino Pérez. Moncobra forma la UTE Monlainde junto a Logística y Acondicionamientos Industriales (Lainsa).
El objetivo, la descontaminación de suelos, reactor y fosos de la central nuclear José Cabrera (más conocida como Zorita), en Guadalajara. El contrato se había licitado en octubre de 2014 por 3,84 millones de euros.
Contratos en curso de Enresa por 300 millones
Moncobra, sola o en compañía de otras empresas, lleva seis años adjudicándose obras y servicios para completar el desmantelamiento de esta central, que cesó su actividad en abril de 2006. El proceso completo para culminar el desmantelamiento de la planta está previsto que finalice en 2017, con un presupuesto, durante esos diez años, de 160 millones de euros.
Además de los dos contratos adjudicados, Enresa, según recoge en su perfil del contratante, tiene otros 31 expedientes en curso, en plazo de presentación de ofertas o ya pendientes de la adjudicación, por un total de 300 millones.
Dimisión forzada por el cementerio nuclear
Entre ellos figura el de mayor presupuesto, esos casi 218 millones de euros por la obra civil principal del Almacén Temporal Centralizado (ATC) –el conocido cementerio nuclear de Villar de Cañas, en Cuenca–, que, a la postre, ha sido el motivo por el que el Gobierno determinó forzar la dimisión de Gil-Ortega el pasado martes.
El hasta ahora presidente de Enresa, que ha permanecido en el cargo desde junio de 2012, se había empecinado en adjudicar la obra sin contar con el informe definitivo del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).
Pero el organismo competente en materia de seguridad nuclear no tenía pensado emitir dicho informe sin antes contar con informes adicionales. Quería tener la completa seguridad de que los terrenos de Villar de Cañas contaban con las garantías suficientes para construir el ATC, el silo donde almacenar casi 7.000 toneladas de basura radiactiva.