El Prado: el hotel de Estados Unidos que sí le da alegrías a Sandra Ortega
Gestionado por Barceló, acaba de ser destacado en unos premios americanos de arquitectura. Su situación contrasta con la de otros establecimientos cerrados o con la amenaza de desahucio
Al margen de la controvertida inversión en Room Mate, el gran agujero negro de Sandra Ortega -la mujer más rica de España- está en sus activos inmobiliarios en Estados Unidos. Sus hoteles americanos penden de Ferrado Properties, bajo el paraguas de Rosp Corunna, su brazo inversor. Esta filial cerró el ejercicio 2020 (último del que hay cuentas disponibles en el Registro Mercantil) con unas pérdidas de 128,3 millones de euros, que se sumaron a un resultado negativo en ejercicios anteriores de 97,9 millones. En los últimos meses ha acometido ventas y cierres de algunos de sus activos, reestructurando su negocio en números rojos.
Pero no todo son quebraderos de cabeza para la hija de Amancio Ortega y heredera de Rosalía Mera. También hay establecimientos en terreno americano que le dan alegrías. El ejemplo está en el hotel boutique El Prado, situado en el extremo norte de Silicon Valley y que ha resultado finalista en la décimo octava edición de los HD Awards, certamen organizado por la revista Hospitality Design, en la categoría de Upscale Hotel Public Space, en la que se incluían los hoteles que contaban con los mejores espacios públicos.
Se trata de uno de los premios más prestigiosos de la industria hotelera en Estados Unidos, en los que se reconocen algunos de los mejores y más innovadores logros en el diseño de proyectos y productos en todo el mundo.
El equipo de arquitectos responsable de la nominación del hotel de Ortega fue Carrasco & Associates, estudio de arquitectura de Palo Ato con más de cuarenta años de trayectoria en los que han cosechado varios reconocimientos por el diseño de viviendas, espacios comerciales, instituciones públicas y privadas e incluso por proyectos de desarrollo urbano.
En cuanto al diseño interior fue encargado al prestigioso estudio californiano de Nicole Hollis. La diseñadora trabaja para los sectores más exclusivos de la hostelería o la restauración y ha desarrollado proyectos en Los Ángeles, Nueva York, Hawái o San Francisco. Dentro de los HD Awards el equipo de Hollis también resultó finalista por el proyecto realizado en el hotel Austin Marriott Downtown de Texas.
Un hotel de lujo con toque ‘español’
El Prado, antiguamente denominado Garden Court, se encuentra en Palo Alto, California. El hotel cerró sus puertas el 19 de marzo de 2020 debido a la pandemia. Tras el cierre obligatorio por el Covid-19 abrió de nuevo al público de forma renovada y con la nueva denominación.
Se trata un hotel boutique de lujo que ofrece 62 habitaciones y suites y se caracteriza, principalmente, por su arquitectura española. La página web de El Prado lo define como un establecimiento «con tranquilas habitaciones y suites y un salón íntimo que ofrece tapas españolas y cócteles artesanales».
A finales del año pasado Rosp Corunna, el brazo inversor de Sandra Ortega, llegó a un acuerdo con Barceló para la explotación del establecimiento a través de la gestora estadounidense Crestline Hotel&Resorts .
El Prado, hotel de Rosp Corunna gestionado por Barceló desde finales del pasado año
La alianza llegó en un tiempo en el que la empresaria ya estaba en plena salida de Room Mate, la compañía hotelera de Kike Sarasola de la que es socia, con un 31% de las acciones que actualmente tiene en venta, y financiadora. Es precisamente en la inversión en la hotelera de Sarasola donde se iniciaron los desencuentros con su histórico número dos, José Leyte, que culminaron en un conflicto judicial cruzado que se dirime aún hoy en los juzgados.
Una excepción en el negocio inmobiliario en EEUU
La situación de El Prado contrasta con la que viven otros hoteles de Sandra Ortega. Ferrado Properties contaba con otro establecimiento en Hollywood que, hasta enero de 2021, fue explotado por la conocida cadena Standard. Los gestores del hotel indicaron en redes sociales que debían cerrar sus puertas «debido a la imposibilidad de poder hacer frente a una subida del precio de alquiler».
Casi un año después se deshizo de uno de sus hoteles en Estados Unidos, el The Standard Spa, operado por Standard Hotels y localizado en Miami. La hija mayor del fundador de Inditex habría vendido el establecimiento por unos 55 millones de euros al cambio al fundador de Starwood.
Medios inmobiliarios también aseguran que otro establecimiento explotado históricamente por Standard, el Dowtown LA, cuya propiedad también atribuyen a Ferrado, habría cerrado sus puertas de forma definitiva a finales del año pasado.
En el mercado norteamericano la hija de Amancio Ortega y Rosalía Mera ejerce también de casera de Sarasola, con dos hoteles alquilados: el hotel Grace, en Nueva York, y el Waldorf, en Miami.
El pasado mes de mayo trascendió uno de los últimos desencuentros entre la mujer más rica de España y Sarasola. Rosp Corunna habría decidido desahuciar a Room Mate de los dos hoteles por no pagar las rentas del alquiler. Según la versión de la compañía turística, Ortega estaba mostrado una «extrema riguidez» en las negociaciones.
Fuentes de Room Mate señalaron que la sociedad de Ortega les exigía pagar el 100% de las rentas íntegras de ambos establecimientos hoteleros. El grupo de Sarasola defendió que la sociedad estaría obviando los meses que los establecimientos estuvieron cerrados por la pandemia o cedidos a cuestiones relacionadas con la emergencia sanitaria.
En su última memoria consolidada, el holding de Ortega Mera contabiliza unos ingresos por arrendamientos a Room Mate que sobrepasan los cinco millones de euros. Una cantidad que englobaría los alquileres de los dos activos en Estados Unidos y un tercer hotel en Barcelona.
Con el desahucio a Room Mate parece que Sandra Ortega pretende culminar un proceso de reestructuración de sus activos inmobiliarios en suelo estadounidense iniciado tras la pandemia con el cierre del hotel de Hollywood, la venta del de Miami y la remodelación y nueva apertura de El Prado, en su alianza con Barceló.