El polígono de Sabón se vuelve urbano
El Concello de Arteixo ha iniciado los trámites para modificar el uso de las parcelas de todo el parque empresarial, en el que solo se pueden desarrollar en la actualidad actividades industriales
El próximo jueves, el pleno del Concello de Arteixo debatirá la modificación puntual del uso de dos parcelas del polígono de Sabón para albergar usos terciarios. Se trata de los terrenos donde se asentaba la fábrica de Schweppes, propiedad entre otros del empresario Manuel Jove, y los que ocupan las instalaciones de la empresa de muebles Gundín. Esta será la ‘avanzadilla’ de un proyecto más ambicioso que ya ha puesto en marcha el Gobierno local y que consiste en cambiar el uso la totalidad del polígono.
El objetivo de esta medida es adaptar el polígono a los tiempos actuales. En palabras del concejal de Urbanismo, Alberto Castro, «es hacerlo más versátil, que puedan convivir industria, comercio, oficinas, hoteles, cafeterías… que sea también más dinámico». El problema es que la normativa actual, de 1965, solo contempla el uso industrial, ya que Sabón se concibió en un principio como una zona para albergar industrias pesadas.
Sin embargo, con el paso de los años, el parque industrial ha ido cambiando, en gran medida arrastrado por el empuje de Inditex. La logística tiene ahora un peso importante dentro de los sectores de actividad, mientras que la parte fabril ha ido desapareciendo o, cuando menos, transformándose.
Nuevos negocios
El polígono está ahora pegado a la ciudad y en verano es zona de paso para los vecinos que se acercan hasta la playa de Sabón. Consciente de esta realidad, el Concello ha decidido tomar cartas en el asunto y, después de asumir su titularidad (hasta enero en manos de la Diputación), se dispone a «rejuvenecer» el parque empresarial y dotarlo de nuevos servicios como hoteles, negocios de restauración u oficinas. El cambio de usos de las dos parcelas antes citadas van en esa línea.
No obstante, Castro recalca que no se permitirán grandes superficies comerciales y tampoco locales de ocio nocturno. «A cualquier actividad que no perturbe la naturaleza del polígono, nosotros vamos a tratar de darle encaje», señala el concejal. En la actualidad el 80% de la actividad es «limpia», por lo que también se cuestionarán la concesión de permisos a según qué industrias.
«El polígono necesita una humanización», afirma Castro. Y es una opinión que comparten muchos vecinos y trabajadores. En este sentido, adelantó que el proyecto para modificar los usos del parque empresarial, cuyo documento de inicio ya ha sido remitido a la Xunta para la tramitación ambiental, también contempla recuperar la zona de reserva de servicios – los terrenos entre los cierres de las industrias y la calzada, propiedad de las parcelas – para habilitar aceras y permitir el tránsito peatonal.