El podio cervecero: Estrella Galicia reina en márgenes, Damm en ventas y Mahou en beneficio
Las tres mayores cerveceras españolas han disparado sus ventas a ritmo de doble dígito en 2022, pero han visto recortados sus beneficios como consecuencia de la subida de costes
Estrella Galicia, Estrella Damm y Mahou-San Miguel reparten sus poderes en el ranking de mayores cerveceras españolas. Las tres compañías han registrado crecimientos de facturación de doble dígito a lo largo de un 2022 marcado por una inflación que se ha comido parte de sus beneficios.
La última de las compañías en desvelar sus cuentas del año pasado ha sido Estrella Galicia. El presidente ejecutivo de Hijos de Rivera, Ignacio Rivera, reveló durante la presentación de resultados de este martes que la compañía pulverizó la barrera de los 700 millones de euros de facturación. En concreto, esta se elevó un 15,7% y pasó de los 610 millones de euros de 2021 a los 724 millones en 2022.
La compañía, fiel a su carácter artesano y a su lema (no ser la más vendida, sino la más amada) ha recortado distancias ligeramente con Mahou-San Miguel, pero no con Estrella Damm. La firma catalana es el fabricante español de cerveza que más ingresa y que más crece en este aspecto. Su facturación se disparó un 20,7% en 2022 y pasó de 1.488 millones de euros a 1.876 millones en un solo año. Estrella Damm agranda así su ventaja sobre Mahou-San Miguel. Esta última creció dos décimas menos que Estrella Galicia (un 15,5%) y escaló de 1.472 a 1.743 millones de euros de facturación.
Mahou-San Miguel reina en beneficios
La dueña de insignias como Mahou, San Miguel, Alhambra o Solán de Cabras sí ha logrado imponerse a Estrella Damm en otro apartado. Se trata de los beneficios. La firma con sede en Madrid ha logrado dar el sorpasso a la empresa catalana tras mantener sus ganancias a flote. Estas retrocedieron apenas un 0,9%, reduciéndose así de 103 a 102,1 millones de euros.
Se trata de un descenso inferior al del 13,1% registrado por Estrella Galicia (pasó de 94,9 a 83,9 millones de euros) y del 19,8% protagonizado por Estrella Damm, que ha caído de 121 a 101 millones de euros. “Mientras que el inicio del año estuvo marcado por la vuelta a la normalidad con un crecimiento destacado especialmente en el canal de la hostelería, el conflicto bélico en Ucrania supuso una agravación generalizada en las tensiones en la cadena de suministros y un importante encarecimiento de los precios de las energías, las materias primas, los materiales de envasado, así como de los costes logísticos”, apuntaba la firma que preside Demetrio Carceller en su presentación de resultados.
En ella explicaba que su estrategia comercial «ha tenido como objetivo proteger los intereses de los clientes de hostelería y el poder adquisitivo de los consumidores, ambos siempre en el centro del negocio, con el objetivo de evitar trasladar a los precios los incrementos en costes que la compañía ha experimentado durante el ejercicio».
En la misma línea se pronunciaba Ignacio Rivera este martes. Tras cifrar en un 50% la subida de costes, el empresario coruñés desveló que Estrella Galicia apostó por no repercutirla totalmente en los consumidores. «Creíamos que nuestros clientes (especialmente la hostelería) estaban tocados después de la pandemia y que otro golpe sería devastador», precisó.
Estrella Galicia duplica los márgenes de la competencia
Es por ello que facturación y beneficios se han movido en sentido inverso, provocando así una merma de rentabilidad. En este sentido, Estrella Galicia que logra situar su margen neto por encima del 10%. Este descendió desde el 15,6% registrado en 2021 hasta el 11,6% en 2022, un porcentaje que prácticamente dobla al de Mahou-San Miguel. Esta última bajó del 7 al 5,9%, adelantando así a Estrella Damm, que ha pasado de convertir 100 euros de ingresos en 8,1 de beneficio neto a 5,4.
Esta dinámica también ha afectado a la cuarta en discordia en el mercado español. Se trata de Heineken. La multinacional holandesa, fabricante de Cruzcampo, Amstel, El Águila o Ladrón de Manzanas vio cómo su beneficio neto se contraía un 19,3% en un 2022 marcado por la presión al alza sobre las materias primas y los costes de transporte.
Sus ganancias a nivel global se situaron en los 2.680 millones de euros, frente a los 3.320 millones de euros cosechados en 2021. Esta evolución contrasta con la de sus ingresos, que se dispararon un 30,9%, hasta alcanzar los 28.720 millones de euros.