El pequeño Nicolás “arregló papeles” al promotor del Madrid Arena

El joven que decía trabajar para el CNI cobraba hasta 50.000 euros por gestión; era una celebridad en los locales de Miguel Ángel Flores y otros empresarios

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El promotor del trágico Madrid Arena, Miguel Ángel Flores, confío en el pequeño Nicolás, según relatan testigos conocedores de esas relaciones. Este diario no ha logrado recabar la versión de Flores, quien, según las mismas fuentes, conoció al presunto impostor como muchos otros empresarios (entre ellos, Arturo Fernández).

El joven logró una cita y presumió de contactos. Más tarde, impostó pertenecer a determinados círculos de poder. Con la trama de complicidades resuelta, se activó la segunda fase. La misma en la que se han visto sumergidos desde la cúpula del Partido Popular hasta representantes de la sociedad civil, como el sindicato Manos Limpias.

“El chico de los recados”

Nicolás se ofreció a “arreglar papeles” en nombre de Flores. El chaval fardaba de línea directa con los responsables de la policía de Madrid y otros departamentos municipales en etapa de Alberto Ruiz Gallardón. Cobró unos 50.000 euros a cambio. Los encargos consistían, casi siempre, en lograr que se relajaran las inspecciones sobre sus locales. Nada de asuntos burocráticos.

Flores, que también estaba conectado con el ayuntamiento de Gallardón, reservaba su agenda “para otro tipo de favores”, explican las mismas fuentes. El pequeño Nicolás “era el chico de los recados”. Pero sus éxitos con el promotor del Madrid Arena le catapultaron como “intermediador” de varios locales nocturnos.

Conseguidor de la noche madrileña

Francisco Nicolás Gómez Iglesias se transformó en un auténtico conseguidor de la noche madrileña. Diferentes promotores aseguran que las fiestas con los concejales del Ayuntamiento de Madrid eran semanales y que en éstas no faltaba nunca nada.

El chaval que decía trabajar para el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y para la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, el mismo que presumía de selfies con las más altas personalidades del Estado, aprovechó su popularidad nocturna para ganar dinero. O al menos, para intentarlo.

Amenazas de muerte

A los propios dueños de los locales adonde iba de fiesta les prometía arreglar “papeles”, como “ya había hecho con Flores”, según el relato de un empresario que ha solicitado el anonimato, aprovechando esos contactos del ayuntamiento, que bebían y ligaban en las barras de discotecas de todos los ambientes posibles.

Aunque la relación con Flores era fluida, el pequeño Nicolás no habría intervenido en la organización de la trágica fiesta del Madrid Arena. Si se habría comprometido a lograr permisos para macro eventos similares con otros promotores. En ese tipo de gestiones más complejas habría fracasado una y otra vez. De hecho, según informa El Mundo, el chaval habría recibido amenazas de muerte procedentes de la noche madrileña.

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